jueves, 14 de febrero de 2013

CONCEJO DE LAVIANA









HISTORIA

Prehistoria y Edad Antigua

 Las primeras muestras prehistóricas de este concejo son de la Edad del Bronce como son los túmulos megalíticos de Callacente y La Baúga y las hachas encontradas de Villoria y Tiraña. De su época castreña tenemos ligeras pistas como el castro de El Cercu, El Prau de Castiello y La Corona en Boroñes. Estos castros son atribuidos a la Edad de Hierro, pero no tienen una datación fija por su falta de excavación. De su período romano hay pocas noticias fidedignas pues aunque se sitúan estructuras arquitectónicas como son el puente de Villoria o el torreón de El Condado, además de explotaciones mineras, sus estudios más recientes sitúan sólo en esta zona una ruta romana que cruzaría el valle del Nalón para atravesar el puerto de Tarna. 
Torreón de "El Condado"



Edad Media y Moderna 



 De su época medieval hay pocas noticias, pues algunas se consideran poco fidedignas. Lo que sí esta claro es la existencia de una demarcación con el nombre de Flaviana, cuyos representantes acuden al concilio ovetense del año 1115. En esta época un monasterio que estaba ya acaparando gran importancia era el de San Vicente de Oviedo. En estas fechas esta demarcación ya contaba con un cargo adscrito a su gobierno, teniendo ya gran importancia comarcal y regional debido a la ruta que cruzaba todo el valle del Nalón. Fue en el siglo XIV, cuando la zona del Nalón sufre un cambio en su ordenación territorial y urbanística, así todas estas zonas se ven dotadas de un centro administrativo. La puebla que jerarquizaba el territorio de Laviana es de 1344. Se data la fundación de este villazgo a finales del siglo XIII. Como lugar de tránsito, Pola de Laviana no alcanzó gran desarrollo demográfico, pero su composición social sí marca una diferencia con su entorno agrario, así se supone la presencia en esta puebla de notario, herrero, carpintero, etc. Aparte del dominio patrimonial ejercido por el monasterio de San Vicente, también hay un influjo creciente de las familias señoriales. En el siglo XIV, la situación del concejo de Laviana, continuaba con cotos que escapaban de la jurisdicción, estos eran los cotos de San Vicente y de Villoria, que mantendrían una estructura rural y ganadera teniendo que pagar el diezmo a sus señores y vivir bajo su jurisdicción marcada por el despotismo.
Palacio del Coto - Tiraña

Con la desamortización de Felipe II, es cuando algunos cotos son redimidos por el pueblo, como el coto del Entrialgo incorporándose al concejo de Laviana, no consiguiendo otros cotos salir de las manos de sus señores, como el coto de Tiraña. En el siglo XVIII, quedarán sólo dos enclaves en esta zona, el coto de Tiraña y el coto de Villoria. La guerra de la Independencia no tuvo especial incidencia, únicamente el paso de las tropas francesas por las rutas de Tarna y San Isidro, aquí sí hay algunos sucesos de heroísmo local.


Las guerras carlistas en su tercera guerra destaca su participación ya que fuerzas armadas alcanzarían en sus correrías la mayor parte de Asturias incluyendo el concejo de Lena. 



Siglo XIX en adelante 


En el siglo XIX, hay nuevas transformaciones para Laviana, con el triunfo de las ideas liberales que traerían la disolución de todas las jurisdicciones señoriales y su incorporación a los respectivos concejos, así los cotos de Tiraña y Villoria se incorporan a la jurisdicción del Ayuntamiento de Laviana que adquiere la unidad administrativa que conserva hoy en día. Hay otro cambio sustancial, así el ferrocarril de Langreo se extiende hasta la terminal de Pola, lo que traerá a Laviana el desarrollo minero e industrial. Se funda la empresa Coto Musel que dejará una gran cantidad de cambios en la estructura de Laviana.  Todas estas nuevas actividades produjeron notables cambios en las condiciones de vida y en las ideas ya que hasta mediados de este siglo este concejo era eminentemente agrario. Esto nos lo demuestra la crisis de subsistencia de 1834. En el siglo XX, ya tiene una gran actividad minera. Tuvo una especial incidencia la huelga de 1917 que fue suprimida con una dura represión que no lograría debilitar las ideas del movimiento obrero. En 1934 parte de su población participa en los sucesos revolucionarios de octubre que culminarían con la toma de la capital provincial. En la Guerra Civil, Laviana queda encuadrada en la zona Republicana y será el último reducto del Frente Norte en España. Una vez concluida la guerra, las partidas guerrilleras siguieron combatiendo, destacando la de Lisardo, siendo la zona una de las que tuvo una mayor represión, dejando sus más tristes episodios. Con la política económica franquista la actividad minera tuvo una sensible reanimación y un gran crecimiento demográfico.


Pozu  Carrio

A partir de la década de los setenta hay una profunda crisis del sector minero, lo cual trajo la creación como un intento de reestructuración de HUNOSA que con el tiempo reunió la mayor parte de las explotaciones mineras. La única actividad minera, quedó reducida al pozo Carrio y muchas personas se desplazaron a las minas de la zona baja de la cuenca. 


GEOGRAFÍA

 Está a una distancia de la capital del Principado, Oviedo, de 33 kilómetros. Sus principales vías de comunicación son: AS-17, que atraviesa el concejo de oeste a este, la AS-251 que enlaza con San Martín del Rey Aurelio y la AS-252 que une Pola de Laviana con Aller.
Situado en la cuenca del río Nalón, su superficie se compone principalmente de masa forestal (46,48%), pastos (38,75%) y terreno improductivo (10,36%). El resto se reparte en superficie no agrícola (3,37%), tierras de cultivo (0,58%) y agua (0,46%). El paisaje de Laviana está constituido básicamente de una vega estrecha a la orilla del río Nalón, rodeada de montes. En esta vega encontramos las poblaciones más importantes (Pola de Laviana, Barredos y El Condado) y las principales vías de comunicación (la carretera AS-17 Avilés – Puerto de Tarna y el ferrocarril Pola de Laviana – Gijón). El río Nalón, que cruza el concejo de este a oeste, es alimentado por varios afluentes a su paso por él, entre los que destacan el río la Xerra (o El Condao), el río la Caya (o de la Rebollada) y el río Tiraña convergiendo por su derecha, y el río Soto, El Raigusu (o río Ribota) y el río Villoria convergiendo por su izquierda. La mitad occidental del territorio de Laviana forma parte de la cuenca hullera del Nalón.

El relieve se compone principalmente de los valles y cordilleras formados por la erosión fluvial sobre materiales carboníferos. En la parte oriental encontramos un sustrato calizo que corresponde a las zonas de mayor altitud. Los principales montes de Laviana son Peña Mea (1.560 m), la Triguera (1.291 m), la Xamoca (1.288 m) y el pico Tres Conceyos (1.097 m). El río Nalón cruza el concejo, siendo en La Pola donde logra su mayor amplitud, sus afluentes más importantes son por el margen derecho: el río Xerra, el río la Pontona y el río Tiraña. Por el margen izquierdo el río Soto, El Raigusu, el río Villoría y el Rimontán.

Parroquias. El concejo de Laviana está formado por 8 parroquias, rurales: 

Carrio, 950 habitantes 
El Condado/El Condao, 694 habitantes 
Entralgo, 250 habitantes 
Llorío, 738 habitantes 
La Pola Llaviana/Pola de Laviana, 9.111 habitantes
Tiraña, 1.950 habitantes 
Tolivia, 400 habitantes 
Villoria, 1.361 habitantes


ECONOMÍA

Mucha de su población está jubilada y prejubilada, lo que está trayendo un nuevo cambio con un reaprovechamiento de prados y montes y un resurgir de la ganadería, que además cuenta con buenas subvenciones. El sector primario que en 1984 era el 13,01% pasa en 2000 al 9,3%, el sector secundario pasa del 41,49% al 25% y el terciario del 49,88% al 65,70%. Aquí se ve el cambio producido en este concejo, en un período tan corto como el de 12 años. Este concejo es de tradición agrícola y ganadera, algo que se muestra en sus pastizales. Las explotaciones mineras condicionaron la situación de su poblamiento, concentrado en torno al Nalón, aunque en la actualidad sólo hay un pozo hullero, el Carrio. Muchas personas continúan con esta actividad pero en concejos vecinos. Algo que ha aumentado considerablemente ha sido el sector comercial y el turístico. 

ARTE

 El concejo de Laviana, tiene muchos monumentos y obras arquitectónicas entre las que destacaremos: 

El Torreón, de El Condado, declarado Monumento Histórico Artístico. Aunque se creía romano su estructura es de la baja Edad Media. Su planta es rectangular pero muy deteriorada por los añadidos de hormigón para evitar su desplome. Es de tres pisos con escasas saeteras, el primer piso era utilizado como calabozo, al segundo se accede por un arco de medio punto y al tercero está prácticamente cerrado a la luz. El remate de la torre original era almenado y en la actualidad está limitado por un murete de hormigón. 

La casa natal de Armando Palacio Valdés


En la parroquia de Entrialgo, es una casona rural del siglo XVIII, de planta rectangular y fachada simétrica. Está compuesta de tres cuerpos, dos laterales y el central más adelantado. El eje principal lo forma la puerta adintelada con dos pequeñas ventanas, en el piso superior tiene un balcón y dos ventanas. Los cuerpos laterales con la misma distribución, dos ventanas en el piso bajo y un corredor de madera en el superior.

 La iglesia de San Nicolás, en la parroquia de Villoria, es el único ejemplo de la arquitectura románica, es Monumento Histórico Artístico. Es del siglo XII, de su estructura original sólo queda su portada románica, el resto es una reconstrucción del siglo XVII. Su estructura es de tres naves divididas por arcos sobre columnas con transepto y cabecera cuadrada con sacristía y capilla, la nave central tiene bóveda de arista. Su portada románica está formada por triple arquivolta, las arquivoltas interiores son de arco rebajado, las arquivoltas exteriores tienen similar diseño con motivos de zig-zag, sostenidas por columnas de delgado fuste con capiteles con elementos vegetales. La portada está flanqueada por otras dos de tipo herreriano con pilastras acanaladas que sostienen un frontón triangular rematado en bolas. En su interior se destaca un retablo barroco del siglo XVIII.

 La iglesia de Nuestra Señora de Otero, es de planta de cruz latina. Su fachada es sencilla con un arco de medio punto. El lateral izquierdo de la iglesia presenta una ventana formada por tres arquillas de herradura sobre columnas de fino fuste y capitel vegetal, en el interior destaca un retablo del siglo XVIII.

 La Casona de la familia Menéndez es Monumento Histórico Artístico. Es un conjunto de vivienda y capilla adosada, formando todo ello una estructura rectangular. Está realizado en mampostería y sus vanos alternan balcones con ventanas. La capilla tiene una altura mayor, su acceso es a través de una arcada de medio punto sobre el que se sitúa el escudo familiar. Otros ejemplos a destacar son sus barriadas surgidas por el ensanche de la Pola, destacando la barriada de Fontoria, la de Blanca Nieves, la de Barredos, etc.



FIESTAS

 Entre sus muchas fiestas destacaremos las siguientes: 

En mayo, son las fiestas de Santa Rita en Boroñes, que inauguran la temporada festiva del municipio. En junio, son las fiestas de San Antonio en Villoria. 

En agosto (exactamente el día 15), se celebra la fiesta mayor del concejo, que es la que se organiza en el Santuario de la Virgen de Otero, patrona de Santa María de Laviana. (La leyenda dice que la Virgen María se apareció a un pastor y se decidió construir ahí una iglesia pero los señores de la zona quisieron construirla en otros terrenos y la leyenda dice que los materiales aparecieron trasladados milagrosamente al lugar donde hoy se ubica la iglesia). El fin de semana siguiente, se organiza el Descenso Folclórico del Nalón, que ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico y goza de gran popularidad. También tenemos las fiestas de San Justo en Soto (Llorío), entre otras. 

En Septiembre, tenemos el Cristo en El Condao.

 En octubre, se festeja la Pontona, también en el centro de la villa. Es la segunda mayor fiesta del municipio. Coincide con dos certámenes, uno de ganando y otro de queso asturiano. Esta cierra la temporada festiva anual. 


 Hay otos santuarios en el concejo con sus romerías, como son: la de la Visitación en la ermita de Les Campes, La de Cortina, o la de Ribota. 








                                   

lunes, 11 de febrero de 2013

LITERATURA ASTURIANA


Se denomina literatura en asturiano, o también literatura asturiana, al corpus de obras literarias escritas en lengua asturiana. La literatura oral, de transmisión oral, hunde sus raíces en el medievo y se compone fundamentalmente de canciones y romances, presentes aún hoy en la tradición oral de Asturias, y recopilados en cancioneros, como el Cancionero musical de la lírica popular asturiana de Eduardo Martínez Torner.


 Barroco

 El primer texto literario propiamente dicho del que se tiene noticia es el Pleitu ente Uviéu y Mérida poles cenices de Santolaya del clérigo Antón de Marirreguera, que data de 1639 y expone la argumentación del autor en favor de la devolución de las cenizas de Santa Eulalia a la capital asturiana. Antón de Marirreguera, es así mismo, autor de muchos otros textos, como las fábulas Dido y Eneas y Píramo y Tisbe o las obras teatrales de L'ensalmador o L'Alcalde. Destaca, en su obra una pieza de teatro que lleva por título Diálogu Políticu que iniciaría un género propio de la literatura asturiana y de nombre homónimo, que viene a poner en la boca de los personajes las ideas y las críticas políticas, también de inspiración grecorromana, semejante al tratamiento dialogado que Platón le dio a su filosofía. Este camino lo seguirían después otros autores que verían en el uso de los personajes populares una manera de acercar sus ideas al pueblo llano. El otro autor del Barroco Asturiano, es Bernaldo de Quirós, militar de carrera nombrado por la Junta General del Principado para ayudar al Rey Felipe V. De él tan sólo se le conoce un poema de extraordinaria longitud Pictures del Caballu. Destaca en esta primera etapa el origen social de clases superiores de ambos autores, en oposición a lo que sucedería más tarde, son las élites del país las que se expresasen en la lengua asturiana, tales como curas, nobles y militares de estamento privilegiado. En esta época, ni en León ni en Miranda do Douro aparece ningún escritor y la situación del idioma sigue allí arrinconada en el terreno de la oralidad. Es de destacar la coincidencia en no más de 20 años desde el surgimiento del primer autor en asturiano y la inauguración de la Universidad de Oviedo, con el ambiente intelectual que promueve. No es raro, pues, que el primer poema del asturiano sea editado o conocido por ser el ganador de un concurso de poesía hecho en Oviedo.



 La Ilustración Asturiana o la Xeneración del Mediu Sieglu

Tras el Barroco, se abre un gran período para la literatura asturiana, que es el coincidente con la Ilustración Asturiana, un período de gran desarrollo intelectual y literario con respecto a siglos pasados. Gaspar Melchor de Jovellanos, fue el principal mentor de la literatura asturiana de la época y un firme defensor de la creación de la Academia Asturiana de las Buenas Letras, que más tarde se crearía en 1919 para ulteriormente restablecerse en 1981 con el nombre de Academia de la Llingua Asturiana. Entre las aportaciones de Jovellanos a la literatura, destacan las "instrucciones" para la creación de una normativa común y la recopilación de un diccionario, una gramática y una ortografía del asturiano. Un poema anónimo, llamado Señor Conde campumanes y fechado en 1781, se le suele atribuir. El grupo que lo rodea, va a empezar la tarea de defender la lengua asturiana y darle el valor necesario. Surge entonces una preocupación por la situación del idioma y una necesidad de dotarlo de instrumentos que posibiliten su futuro y que vayan a servir para la normalización. Es por eso que el mismo Jovellanos propone la creación de una Academia con el objetivo de normativizar y recoger la riqueza del idioma. Es la lengua viva de nuestro pueblo, la mamamos todos, como quien dice, con la primera leche; va pasando tradicionalmente de padres a hijos y se continúa de generación en generación [...] Con un cartón y un lápiz a mano, en casa, en la calle, en el paseo, en el campo, podemos enriquecer todos los días ese precioso tesoro. Bruno Fernández Cepeda es otro de los escritores de la Generación del Medio Siglo, se sabe que era profesor de latín y clérigo y sólo se conservan de él tres poemas: La enfermedá, Felicitación d'unos díes y Bayura d'Asturies. Xosefa Jovellanos, hermana de Gaspar de Jovellanos, es el primer nombre de mujer que suena en la literatura asturiana y en los temas de sus poemas se encuentran elementos que definen la corriente ilustrada: La crítica ante las desigualdades sociales o la denuncia del comportamiento de la nobleza. Se conservan de ella los siguientes poemas: Carta, Preparativos pa la proclamación de Carlos IV n'Uviéu, La proclamación de Cuarlos IV, Fiestes a Xovellanos y Les esequies de Carlos III. Se conservan solamente tres obras del Anón Balvidares Argüelles : Diálogu Políticu, L'entierru del callóndrigu Reguero y El misteriu de la Trinidá y vida de Xesucristu en las que están presentes algunas ideas ilustradas mezcladas con un fuerte componente de devoción cristiana. En lo referente al origen social de los escritores, siguen siendo parte de los sectores más cultivados y económica y políticamente más poderosos de la sociedad asturiana. La ilustración, en Asturias, tiene un giro asturianizante y se acerca al uso de la lengua haciendo de ella una herramienta más de su línea de pensamiento. Las obras están más alejadas del pueblo, tienen menos vocación popular y más erudita y se desconoce por completo si gozaban del aprecio popular.



Gaspar Melchor de Jovellanos

 El Siglo XIX

 En 1839 se publica en Oviedo la Colección de poesías en dialecto asturiano una antología preparada por Xosé Caveda y Nava, que recoge la obra más importante de los escritores asturianos de siglos anteriores y varios poemas propios. La aparición de este libro hace que muchos jóvenes se animen a escribir una obra que quiere reflejar las costumbres del pueblo en su propia lengua. También destaca de esta época la figura de Xuan Xunquera, que redacta la Gramática asturiana codificando las reglas gramaticales de la lengua. Poetas como Domingo Hevia, Benito Canella, Xosé Caveda, Teodoro Cuesta, Xuan María Acebal, Xosé María Flórez y González, Xosé Napoleón Acebal y Nolón son nombres de poetas y dramaturgos de la época, destacando Enriqueta González Rubín como narradora. Xosé Caveda y Nava es sin duda el referente literario para las generaciones futuras, tanto por los poemas que escribe como por su afán recopilador. Sus poemas son de diversos temas; histórico: La Batalla de Cuadonga; de tradición popular: Los enamoraos de 'aldea, La Paliza, La vida de l'Aldea; de carácter sentimental: El Neñu enfermu; de carácter escatológico: La defensa del peu. Juan María Acebal fue un escritor destacadísimo, que mereció el título de «Príncipe de los Poetes» entre sus contemporáneos. Su obra no es muy extensa pero representa la cumbre poética del siglo XIX asturiano, pudiendo clasificarla temáticamente; poesía religiosa: A María Inmaculada, Al niñín Jesús, Venite ad me, A maría y Refugium peccatorum; de carácter paisajístico: Cantar y más cantar, La fonte de Fascura, La vida del aldeanu; otros: L'ahmor del hogar, A so maxestá la reina Sabel Segunda y Arreglu de cuentes. También tradujo al asturiano tres odas de Horacio, Beatus ille, Maeccenas atavis y Cum tu, Lydia, Telephi. Teodoro Cuesta representa la corriente popular y es el poeta más conocido e influyente. Escribe sus primeros poemas bajo el magisterio de Caveda, de quien toma el título genérico para ellos de La vida de l'aldea. En su extensa obra podemos encontrar poesía satírica, costumbrista, religiosa y de circunstancias.



El Regionalismo Asturiano

Coincidiendo con los primeros movimientos regionalistas de la política asturiana, se dan a conocer un grupo de escritores que se sienten herederos directos de la labor poética de Cuesta y Acebal. Son los poetas Pepín de Pría (Nel y Flor y La fonte del cai), Constantino Cabal (L'alborá de los malvises), Marta Balbín, Constantino Cabal o Daniel Albuerne, y los dramaturgos Pachín de Melás, Eloy Fernández Caravera o Fabricio.
Pachín de Melás

 Este grupo crea en 1919 una Real Academia Asturiana de Artes y Letras, que no va a tener ninguna operatividad. Destacan también Enrique García-Rendueles por la elaboración de un diccionario, una nueva gramática y la recopilación de una antología, Los Nuevos Bablistas (1925). Pero sin duda es Fernán Coronas el más destacado escritor de la época. Fraile oblato que viaja por toda Europa aprendiendo lenguas antiguas y modernas al tiempo que adquiere una considerable cultura. Las dos últimas décadas de su vida las dedica al estudio del asturiano, recogiendo datos para un diccionario general, elaborando otro de la rima, una gramática... y componiendo muchos poemas que hoy siguen en su mayor parte inéditos. Con él empieza el siglo XX para la literatura asturiana.

 El siglo XX

 La literatura asturiana, tras el auge del regionalismo, sigue anquilosada en los mismos temas costumbristas y pierde el favor del público, cerrándose en ella misma. Los autores de esta época, Xiquín de Villaviciosa, Matías Conde o Laudelino León, no alcanzan la categoría de sus predecesores ni su buena acogida. La Guerra Civil supone una ruptura política, social, económica y cultural. La literatura asturiana sigue siendo humorística y ruralizante, y está desconectada de una realidad social cada vez más industrial y urbana. Sin embargo, algunos autores desde los años 60 intentan superar el costumbrismo tradicional, destacando María Josefa Canellada, poeta y narradora de corta pero intensa obra, publica en 1980 Montesín el primer libro juvenil y en 1990 la novela corta Malia, Mariantia y yo. También destacó Nené Losada Rico, cuya obra bebe en la tradición oral, que compone Cantares Valdesanos y publica también los poemarios Entre apigarzos, El nome de las cousas y la antología Fueyas que reverdecen. Véase también: Xeneración de la posguerra.



 El Surdimientu


La aparición de Conceyu Bable en la Asturias de 1974, el movimiento prolengua, que al término de la dictadura y durante toda la transición se vive en Asturias y de manera muy especial en el ámbito universitario, así como el surgimiento en los años setenta del Nuevu canciu astur, propicia una etapa de apogeo y de rupturismo total, que iguala en número de autores que están escribiendo con todos los que habían escrito anteriormente. Renovando temas por completo, tocando la política, el amor, el erotismo en la poesía y adquiriendo gran relevancia la novela y los cuentos así como ampliándose de manera notable el volumen de las traducciones de otras lenguas. De esta época, llamada surdimientu, y que muchos críticos insisten en dividir en «primer surdimientu» y «segundu surdimientu», destacan: Manuel Asur destaca por ser el inaugurador de la corriente y la etapa, con el libro de 1977, Cancios y poemes pa un riscar. Si bien publicaría más tarde otros como Poesía (1976-1996) y Orbayos. Xuan Xosé Sánchez Vicente hombre polifacético, político, ensayista. Se le conoce también por su producción poética como As de Corazón/es/y/es y la novela La muerte amiya de nueche. Berta Piñán la poeta asturiana de mayor relevancia, con poemarios como Vida Privada o el libro de relatos La tierra entero. Xuan Bello en la actualidad el escritor de mayor proyección fuera de Asturias; poeta, novelista y articulista. Es autor de la novela Hestoria universal de Paniceiros y del poemario El llibru vieyu. Ismael González Arias uno de los autores más leídos; novelista, polémico articulista y compositor. Es autor de las novelas En busca de Xovellanos y El tiempu de Manolo. También es autor del Diccionariu de la llingua y otros órganos sexuales. Antón García otro de los autores más conocidos, tanto en poesía como en prosa, con poemarios como Venti poemes y novelas como Díes de muncho. Vanessa Gutiérrez destaca por ser una de las poetas más destacadas en el presente, con libros como La danza de la yedra. Xandru Fernández autor prolífico con incursiones en distintos campos de la novela, siendo autor de Les ruines y La banda sonora del paraísu.

sábado, 9 de febrero de 2013

CASAS DE ASTURIAS - ARQUITECTURA POPULAR


DESCRIPCIÓN

 La arquitectura rural asturiana presenta rasgos comunes con la de otras regiones de la España verde. Son muy originales algunas construcciones rurales, sobre todo de las zonas de montaña, con cubierta vegetal (teitos), que constituyen una adaptación al medio muy lograda y que están hoy bajo protección. La casa mariñana, vivienda eminentemente campesina no exclusiva de les mariñes (tierras de cultivo vecinas al mar). De campesinos más acomodados eran otras viviendas más complejas, cuyo rasgo más típico son los corredores orientados al mediodía, hechos de madera ricamente tallada. Otras edificaciones destacadas son las llamadas Casas de Indianos, viviendas que construían los emigrantes asturianos al volver a su lugar de origen identificadas por una palmera en sus jardines.


 CASA CON PATÍN



 La casa del occidente asturiano está unificada bajo la cubierta de losa de pizarra. Este material se extiende desde los ríos Canero y Narcea hasta llegar al conjunto del occidente. Un modelo relativamente abundante es la casa de dos alturas de planta rectangular y cubierta a cuatro aguas, que cuenta con acceso por una escalera de piedra, o patín, adosada a su volumen cúbico. En los modelos más elementales la planta superior alberga dos piezas: la cocina de mayor tamaño y el cuarto, separados por un pequeño vestíbulo o pasillo. La cocina dispone de llar bajo y el caínzo sobre él y el horno. En la planta inferior se sitúa la cuadra. Se completa con el pajar o tenada, en forma de bloque integrado en el edificio, en la planta primera, separado por un muro de fábrica y situado sobre la cuadra, sobre todo en el área de montaña media y alta. En el de media montaña y la marina el pajar suele constituirse como edificio propio. En ocasiones el patín se convierte en unos escalones mínimos o desaparece, aprovechando el desnivel del terreno, creando los accesos exteriores de las zonas de vivienda y cuadra a diferente nivel. Este tipo elemental de casa con patín se completa con el corredor. Es muy frecuente que se cierre, en parte o incluso totalmente, con tabal colocada verticalmente, creando un cuarto que amplía la casa. Se usa como almacén diverso o dormitorio de verano. 



CASA MARIÑANA


 La llamada casa mariñana se ha identificado con el corazón de Asturias, Simbolizando la auténtica casa rural asturiana. Ejemplos de esta arquitectura se extienden por los concejos de Gijón, Villaviciosa, Carreño, Gozón, Las Regueras, Llanera, Oviedo, Siera y Noreña. La casa se organiza en una planta rectangular, dotada de una cubierta de teja cerámica a dos aguas, desarrollándose en una sola altura. El bloque fundamental lo constituyen la cocina y la corte separadas por un muro de piedra, contando con acceso directo desde el portal. El portal es un espacio protegido en este clima templado y húmedo, donde se descarga la paja, se hace la calceta o simplemente se charla.

 Este espacio abierto y centrado en la fachada está conformado por dos cuerpos laterales, que albergan un cuarto o bodega, adosados al cuerpo básico y con acceso desde el portal. Estos espacios se emplean como dormitorios, alternando su uso con el de almacén y bodega. En el primer caso se dotan de un suelo de entablado de madera, separando las estancias de la humedad del suelo. La cocina cuenta con un llar bajo, sobre el que se colocaba el sardo o entramado tejido de ramas de avellano usado como secadero de castañas. La acompañaba el horno, que asoma su forma redondeada a la fachada trasera. Bajo cubierta se dispone el desván que alberga el pajar, especialmente en el área sobre la cuadra, destinando los espacios sobre los cuartos a trastero y almacén de aperos. Los muros se realizan en mampostería y normalmente se enlucen, siendo frecuente el empleo de piezas de cantería en los esquinales exteriores.


 CASA TERRENA

 Presentan una planta tendente al rectángulo desarrollada en un solo piso, destinada a vivienda y cuadra, con aprovechamiento del espacio bajo-cubierta para desván y pajar.

 Estas casas se localizan en zonas donde las precipitaciones son abundantes y las temperaturas bajas, lo que determina su hermetismo, evidente en su volumen compacto, constituido por un bloque cúbico cubierto con pizarra o teja a dos o tres aguas. En sus muros de mampostería pizarrosa, caliza o arenisca se abren los vanos de forma asimétrica, con estricto predominio de la funcionalidad, sin atender a una composición de fachadas preestablecida. En el interior solo aparecen dos espacios claramente diferenciados, separados por un muro maestro y con accesos distintos: cocina-desván y cuadra-pajar. La utiliza se utiliza como vestíbulo, comedor, sala y dormitorio, siendo además un espacio social y laboral; desde ella, mediante una escalera de mano y a través de una trampilla se accede al desván. 


 CASA DE PORTAL 


 En el portal se realizan actividades relacionadas con los trabajos domésticos, con mejor iluminación y menos estrecheces que en el interior de la vivienda, siendo también el lugar donde los días de lluvia se ejecutan labores artesanales o complementarias de los quehaceres agropecuarios; por ello es común la existencia de un banco de piedra o madera en este espacio. Son casas muy frecuentes en casi toda la región, preferentemente en zonas del interior, en asentamientos de valles o a media ladera. Construida con mampostería pizarrosa, arenisca o caliza, su cubierta es generalmente a dos a tres aguas. Tendente a un desarrollo en planta rectangular, la ubicación de la fachada principal en el lado mayor o menor del rectángulo determina dos disposiciones del portal: central o en ángulo. El emplazamiento del portal en el centro de la fachada o en un ángulo determina su funcionalidad; en el primer caso asume más protagonismo como elemento distribuidor, ya que a él se abren las puertas de la vivienda alguna de los servicios anexos; en el segundo caso, se incrementa su carácter de estancia, ya que solamente queda relacionado con los espacios de vivienda. Común a ambas alternativas es su característica de espacio intermedio, límite entre el espacio interior y el exterior. El papel distributivo de este tipo de vivienda se modifica asimismo de acuerdo con las características del portal. Si éste se halla en el centro, la disposición interior es semejante a la glosada en la Casa Mariñana, aunque varía la localización de las entradas a los distintos espacios. En caso de que el portal se halle en un ángulo, la distribución interna es similar a la casa de habitación terrena, excepto en el crecimiento en planta y en volumen que corresponden al portal y el cuarto que configura uno de sus laterales. El portalón se convierte en elemento protector del espacio exterior inmediato a la fachada, y se prolonga desde el faldón de la cubierta. Su función es resguardar el espacio de acceso a la cuadra, heniles y viviendas y se presta al depósito de aperos de labranza y sirve en muchas ocasiones de cobijo al gallinero. 


 CASA DE CORREDOR 

 El corredor o galería abierta con balaustrada torneada en madera, representa en toda Asturias un elemento muy popular desde el siglo XVIII. Concebido como una derivación sencilla de las solanas de que estaban dotadas las antiguas casonas, el corredor, por su ubicación (orientación Sur o Este), por su factura y su amplitud de alternativas, cumple una gran variedad de servicios a la vivienda: le facilitará luz y calor cuando no existen cerramientos en él y será un elemento favorable cuando se convierta en uno o más espacios como prolongación de la funcionalidad de la casa. 
Desde finales del siglo pasado, empezó a ser habitual la instalación de un retrete en un lateral del corredor, para no tener que salir a la intemperie, a cualquier hora del día o de la noche. Algunos de los servicios que el corredor presta a la casa aldeana son: lugar donde se ponen a asolear las ristras de maíz y donde se airean y maduran otros productos de la cosecha del año como cebollas, ajos y alubias, y donde se tiende a secar, resguardada de las frecuentes lluvias, la ropa de la última colada. Refiriéndonos a su conformación y sistemas de base, las clases de corredor más corrientes en Asturias podrían clasificarse como de corredor volado, corredor entre muros y cortafuegos y corredor entre dos cuerpos. En el siglo XIX los corredores se cierran con cristales formando galerías, principalmente en las villas marineras. El cerramiento de los viejos corredores supuso una mejora para el uso del espacio, ya que aprovechaba mejor la luz y el calor del sol. 


 CASA MARINERA

 No existe gran diferencia entre la diferencia entre la vivienda de los pescadores asturianos y la del resto de los hombres de mar pertenecientes al litoral cantábrico. A lo largo de la costa se han identificado una serie de tipos básicos.
 El asentamiento de los núcleos marineros se produce al pie de un puerto o lugar de atraque protegido, con la tendencia a la agrupación por la limitación del territorio más cercano al mar. Y por tanto al crecimiento en altura debido a la parcela restringida. Las fachadas suelen tener colores vivos, ya que se solían pintar con los restos de pintura de las barcas marineras. La planta es normalmente rectangular, reduciéndose al mínimo las dependencias agropecuarias, limitadas a la cuadra del burro o caballo. Estas dependencias auxiliares se sitúan en el nivel inferior, permitiendo, debido al desnivel de los asentamientos, que la cocina y el comedor, situados en el nivel superior, tengan acceso desde la calle. El acceso a esta planta se realiza por un pequeño zaguán. En otros casos se accede desde el nivel inferior, dejando un zaguán más amplio donde se alberga la carreta con las redes, y arrancando de allí la escalera. Se deja la cuadra en la parte trasera o incluso llega a desaparecer. Las salas y alcobas suben a la segunda y tercera planta, dotándose de un amplio desván, que puede presentar huecos en la fachada. Este espacio es el trastero general de la casa, almacén de productos, secadero y tendedero. Esta organización interna vertical se mantiene en la gran mayoría de los núcleos marineros, que presentan normalmente un carácter urbano. Sus cubiertas son normalmente a dos aguas, siendo a tres o cuatro aguas en soluciones de esquina o aisladas. Las fachadas son normalmente lisas, encaladas, marcando las impostas, A finales del siglo XVIII pueden aparecer balcones verticales que no sobresalen de la fachada. En núcleos como Castropol o Luarca son frecuentes los torreones observatorios coronando las cubiertas de ciertas casas, de carpintería acristalada, teniendo formas poligonales y cubiertas piramidales. En la costa central y oriental hallamos un buen número de casas con corredor. En Tazones podemos encontrar ejemplos de este tipo, con el corredor ocupando todo el frente de la casa. Los corredores en Cudillero se centran en algunos edificios que se abren a las calles principales. Es frecuente su conversión en cuerpos cerrados volados, para ampliar el reducido espacio de las plantas. En otros lugares estos cuerpos volados se han convertido en galerías acristaladas, como en Avilés. 


 CASA DE INDIANOS 

 Esta arquitectura está ligada a la repatriación de personas y de capitales producida tras el desastre de 1898 y que hará llegar el cosmopolitismo hasta el más alejado rincón de la región. El hecho de que a pesar de la industrialización Asturias sea una de las comunidades españolas con mayor índice de emigración desde mediados del XIX, hace que el interés de tal fenómeno exceda con mucho de la simple anécdota. El indiano solía ser hijo de familias campesinas habitante de los territorios más pobres de la región, que a muy corta edad era enviado a América para hacer fortuna. El retorno del emigrante y su inmediata inserción en la burguesía local, le harán asumir y participar de los ideales cosmopolitas de aquella. La preocupación del indiano por mejorar, embellecer y dignificar su entorno natal se canalizará en la construcción de iglesias, escuelas, calles, y sobre todo, en su propia vivienda.
 La arquitectura indiana se localiza con mayor densidad en los concejos orientales y occidentales de Asturias. Como conjuntos de interés destacan: Luarca, Navia y Allande al oeste; Cudillero y Muros del Nalón, hacia el centro, y Llanes en el este. Aunque haya lugar a ciertas particularidades zonales, todos ellos desarrollarán características comunes y, de modo especial, las viviendas unifamiliares o palacetes de indianos. Hacen gala de un exotismo colorista, con una escalinata de acceso, una torre en uno de sus lados y el entorno de jardines, en los que destaca la omnipresente palmera, que les recuerda el tiempo vivido en ultramar.

domingo, 3 de febrero de 2013

EL ANTROXU O CARNAVAL DE AVILÉS



El antiguo Antroxu de Avilés

Las Fiestas de Carnaval en Avilés siempre tuvieron una gran tradición y raigambre. Convivieron en ellas dos tipos de celebraciones: el popular antroxu y el carnaval galante de las clases pudientes. Aquel Avilés del siglo XIX y principios del XX contaba con una población de unos 25.000 habitantes, formada en un elevado porcentaje por rentistas y acomodados, consecuencia de la emigración americana. Ellos celebraban ese carnaval de paseos en carrozas y coches engalanados, de bailes de disfraces y de batallas de confetti y serpentinas, a imitación del de Niza o Venecia, especialmente el Domingo y el Martes de Carnaval, que se prolongaba con las piñatas del sábado y domingo siguientes. El Lunes de Carnaval, por el contrario, era el día en que las clases populares y, especialmente, los habitantes de los núcleos rurales cercanos tomaban la villa con su tradicional antroxu —denominación de estas fiestas en lengua asturiana—, con sus disfraces esperpénticos, sus batallas de huevos y sus murgas, coincidiendo con ser el día del mercado tradicional. Este carnaval popular venía prologado con el Jueves de Comadres, en el que se reunían las mujeres a merendar, y se cerraba el Miércoles de Ceniza con el Entierro de la Sardina y, más antiguamente, el Domingo de Piñata, también conocido como de Vieya, por quemarse en él muñecos de trapo o ropa vieja, como símbolo del fin del invierno. El antroxu de Avilés fue decayendo, tras las limitaciones y prohibiciones de máscaras que se sucedieron en los difíciles años de la República, de la Guerra Civil y de la posguerra, hasta quedar circunscrito a unas fiestas infantiles o a celebrar en sociedades o círculos cerrados. 


 La recuperación del Antroxu Avilesino 

 Coincidiendo con los nuevos aires que se respiraban al final de la década de los años setenta, un grupo de avilesinos se propuso apostar por la recuperación del antroxu de Avilés. Ciertamente, la ciudad ya no era la misma; su población se había multiplicado por siete, contando los barrios limítrofes que se levantaban en los municipios vecinos, como consecuencia de la intensa implantación de grandes empresas del metal y la fuerte inmigración. Tampoco las costumbres sociales se parecían en nada a las de la primera mitad del siglo. Sabedores de ello, ese grupo se propuso la recuperación del antroxu de Avilés acorde con la nueva realidad de la villa, procurando mantener las viejas tradiciones, si bien adaptadas a los nuevos tiempos, y muy especialmente su primitivo espíritu de fiesta eminentemente popular y participativa. Tras muchas entrevistas y reuniones, ese grupo de avilesinos constituyó, en septiembre de 1980, la Gran Orden de Antroxu de Avilés, en un acto festivo celebrado en una sidrería del barrio de Villalegre, al que concurrieron numerosos interesados con la idea y del que salió una proclama que contenía una convocatoria para las próximas fiestas. De esta forma, en febrero de 1981 y a pesar de que la lluvia no quiso perderse la ocasión, los avilesinos disfrutaron de su primer antroxu recuperado. 


 Las instituciones del Antroxu Avilesino 

 Una de las preocupaciones de la Gran Orden de Antroxu de Avilés, para consolidar el antroxu así recuperado, fue la creación de unas instituciones que fueran representativas del mismo y capaces de pervivir año tras año, tomadas de la tradición del carnaval. Para ello se ideó una figura central, recuperada de la antiquísima tradición de las fiestas trasgresoras, que se denominó Rey del Goxu y de la Faba. Es descendiente de las instituciones bufas de poder que, por carnaval, se elegían en numerosos lugares, en la mayoría de los casos por alguna especie de suerte a quien sacara una alubia —faba, en lengua asturiana—. De ahí su nombre, aunque no se mantuvo esa forma de designación, por ser inviable en la actualidad. El primer Rey del Goxu y de la Faba fue designado en el año 1982 por la Gran Orden de Antroxu y, desde entonces, cada año es el Rey saliente quien nombra, tras el Entierro de la Sardina y la Quema de la Vieya al final de las fiestas, a quien haya de sucederle el próximo año, designándole Príncipe, en cuyo cargo se mantiene hasta ser coronado Rey, en el acto inaugural de las fiestas, el viernes inmediatamente anterior al Domingo de Carnaval. El elegido puede ser una persona o entidad o grupo que se haya destacado durante las fiestas. El Rey del Goxu y de la Faba es quien inaugura y cierra las fiestas en sendos espectáculos públicos que él mismo organiza, confecciona el programa y el cartel, decide el motivo central de las fiestas y los adornos de la ciudad cada año y, en definitiva, preside e impulsa el antroxu durante el año de su reinado. En ese mismo acto inaugural tiene lugar la implantación de la Vieya, que es un muñeco que se instala en un lugar público y céntrico de la villa, y preside todas las fiestas, hasta ser quemado el Miércoles de Ceniza, como colofón de los festejos en medio de fuegos artificiales. Es el recuerdo de la quema de la ropa vieja, que solía hacerse por estas fechas como símbolo del principio del fin del invierno. Aunque inicialmente no formaba parte de las instituciones del antroxu de Avilés, el Descenso Internacional y Fluvial de la Calle Galiana ha adquirido una dimensión y trascendencia tales que, hoy día, ha de contarse entre las señas de identidad del carnaval avilesino. Consiste el Descenso en un recorrido de carrozas y artilugios de todo tipo, decorados con ciertos motivos navales al igual que sus tripulantes, que el Sábado de Carnaval, por la tarde, baja por la cuesta que hay desde la plaza del Carbayedo, por la calle Galiana, hasta la plaza de España y la calle de la Cámara, en el mismo casco histórico-artístico de Avilés. La calle se llena de agua y, desde los carromatos, se arroja agua a los espectadores y éstos, desde las aceras y los balcones, hacen lo propio con los participantes. Por último, las murgas, charangas y comparsas tienen una cita en la tarde del Lunes de Carnaval, para participar en el Concurso de Murgas y Charangas, que se celebra en el lugar céntrico y abierto al público, y todos los antroxos sin excepción tienen otra el Martes de Carnaval por la tarde para participar en el Desfile de Antroxu, para recorrer las calles de Avilés con sus carrozas y disfraces, en medio de una batalla de serpentinas y confetti. 



El participativo Antroxu de Avilés 

 La característica esencial del antroxu de Avilés es su carácter eminentemente participativo; son las entidades, asociaciones, agrupaciones y particulares los que organizan, deciden qué hacer y pueblan las calles y locales de la villa con sus disfraces, murgas, charangas y comparsas, de tal manera que puede decirse que casi toda la población se disfraza y participa, especialmente por las noches. De esta forma ocurre que no sólo las personas, sino también los establecimientos, singularmente los de hostelería, se disfrazan por fuera y por dentro, que se conocen como chigres antroxaos, dando un aspecto bien distinto al habitual de la ciudad. Por su parte, los restaurantes ofrecen durante las fiestas un menú de antroxu, cuya base fundamental es el pote de antroxu y, como postres, las bollinas, teresicas y frixuelos. Todo empieza el Jueves de Comadres, en el que agrupaciones y asociaciones de mujeres o, simplemente, grupos de amigas solas se juntan en restaurantes y locales para la Merienda de Comadres, recuperando así esta vieja tradición asturiana, aunque ahora en muchas ocasiones se alarga y concluye de forma bien distinta. Como se ha dicho, muchos son los actos que realizan múltiples asociaciones, instituciones, grupos y personas, que es muy difícil poder relatar porque, en muchas ocasiones, ni siquiera se anuncian más allá del círculo propio y, en todo caso, pueden variar de un año a otro, incluso no volviendo a repetirse a pesar de la trascendencia o el éxito que hayan obtenido. No obstante, sí merecen destacarse por su fidelidad en organizarlo año tras año, la Gincana Automovilista de Disfraces, que organiza el Domingo de Carnaval por la tarde la Escudería Avilesina para vehículos disfrazados, y el gran acto de cierre tradicional del carnaval que es el Entierro de la Sardina, que el Miércoles de Ceniza, organiza la Cofradía del Entierro de la Sardina, con final y quema de la misma, junto con la vieya y la clausura de los festejos.


 FUENTE: Ayuntamiento de Avilés.