Se denomina literatura en asturiano, o también literatura asturiana, al corpus de obras literarias escritas en lengua asturiana. La literatura oral, de transmisión oral, hunde sus raíces en el medievo y se compone fundamentalmente de canciones y romances, presentes aún hoy en la tradición oral de Asturias, y recopilados en cancioneros, como el Cancionero musical de la lírica popular asturiana de Eduardo Martínez Torner.
Barroco
El primer texto literario propiamente dicho del que se tiene noticia es el Pleitu ente Uviéu y Mérida poles cenices de Santolaya del clérigo Antón de Marirreguera, que data de 1639 y expone la argumentación del autor en favor de la devolución de las cenizas de Santa Eulalia a la capital asturiana. Antón de Marirreguera, es así mismo, autor de muchos otros textos, como las fábulas Dido y Eneas y Píramo y Tisbe o las obras teatrales de L'ensalmador o L'Alcalde. Destaca, en su obra una pieza de teatro que lleva por título Diálogu Políticu que iniciaría un género propio de la literatura asturiana y de nombre homónimo, que viene a poner en la boca de los personajes las ideas y las críticas políticas, también de inspiración grecorromana, semejante al tratamiento dialogado que Platón le dio a su filosofía. Este camino lo seguirían después otros autores que verían en el uso de los personajes populares una manera de acercar sus ideas al pueblo llano. El otro autor del Barroco Asturiano, es Bernaldo de Quirós, militar de carrera nombrado por la Junta General del Principado para ayudar al Rey Felipe V. De él tan sólo se le conoce un poema de extraordinaria longitud Pictures del Caballu. Destaca en esta primera etapa el origen social de clases superiores de ambos autores, en oposición a lo que sucedería más tarde, son las élites del país las que se expresasen en la lengua asturiana, tales como curas, nobles y militares de estamento privilegiado. En esta época, ni en León ni en Miranda do Douro aparece ningún escritor y la situación del idioma sigue allí arrinconada en el terreno de la oralidad. Es de destacar la coincidencia en no más de 20 años desde el surgimiento del primer autor en asturiano y la inauguración de la Universidad de Oviedo, con el ambiente intelectual que promueve. No es raro, pues, que el primer poema del asturiano sea editado o conocido por ser el ganador de un concurso de poesía hecho en Oviedo.
La Ilustración Asturiana o la Xeneración del Mediu Sieglu
Tras el Barroco, se abre un gran período para la literatura asturiana, que es el coincidente con la Ilustración Asturiana, un período de gran desarrollo intelectual y literario con respecto a siglos pasados. Gaspar Melchor de Jovellanos, fue el principal mentor de la literatura asturiana de la época y un firme defensor de la creación de la Academia Asturiana de las Buenas Letras, que más tarde se crearía en 1919 para ulteriormente restablecerse en 1981 con el nombre de Academia de la Llingua Asturiana. Entre las aportaciones de Jovellanos a la literatura, destacan las "instrucciones" para la creación de una normativa común y la recopilación de un diccionario, una gramática y una ortografía del asturiano. Un poema anónimo, llamado Señor Conde campumanes y fechado en 1781, se le suele atribuir. El grupo que lo rodea, va a empezar la tarea de defender la lengua asturiana y darle el valor necesario. Surge entonces una preocupación por la situación del idioma y una necesidad de dotarlo de instrumentos que posibiliten su futuro y que vayan a servir para la normalización. Es por eso que el mismo Jovellanos propone la creación de una Academia con el objetivo de normativizar y recoger la riqueza del idioma. Es la lengua viva de nuestro pueblo, la mamamos todos, como quien dice, con la primera leche; va pasando tradicionalmente de padres a hijos y se continúa de generación en generación [...] Con un cartón y un lápiz a mano, en casa, en la calle, en el paseo, en el campo, podemos enriquecer todos los días ese precioso tesoro. Bruno Fernández Cepeda es otro de los escritores de la Generación del Medio Siglo, se sabe que era profesor de latín y clérigo y sólo se conservan de él tres poemas: La enfermedá, Felicitación d'unos díes y Bayura d'Asturies. Xosefa Jovellanos, hermana de Gaspar de Jovellanos, es el primer nombre de mujer que suena en la literatura asturiana y en los temas de sus poemas se encuentran elementos que definen la corriente ilustrada: La crítica ante las desigualdades sociales o la denuncia del comportamiento de la nobleza. Se conservan de ella los siguientes poemas: Carta, Preparativos pa la proclamación de Carlos IV n'Uviéu, La proclamación de Cuarlos IV, Fiestes a Xovellanos y Les esequies de Carlos III. Se conservan solamente tres obras del Anón Balvidares Argüelles : Diálogu Políticu, L'entierru del callóndrigu Reguero y El misteriu de la Trinidá y vida de Xesucristu en las que están presentes algunas ideas ilustradas mezcladas con un fuerte componente de devoción cristiana. En lo referente al origen social de los escritores, siguen siendo parte de los sectores más cultivados y económica y políticamente más poderosos de la sociedad asturiana. La ilustración, en Asturias, tiene un giro asturianizante y se acerca al uso de la lengua haciendo de ella una herramienta más de su línea de pensamiento. Las obras están más alejadas del pueblo, tienen menos vocación popular y más erudita y se desconoce por completo si gozaban del aprecio popular.
Gaspar Melchor de Jovellanos |
El Siglo XIX
En 1839 se publica en Oviedo la Colección de poesías en dialecto asturiano una antología preparada por Xosé Caveda y Nava, que recoge la obra más importante de los escritores asturianos de siglos anteriores y varios poemas propios. La aparición de este libro hace que muchos jóvenes se animen a escribir una obra que quiere reflejar las costumbres del pueblo en su propia lengua. También destaca de esta época la figura de Xuan Xunquera, que redacta la Gramática asturiana codificando las reglas gramaticales de la lengua. Poetas como Domingo Hevia, Benito Canella, Xosé Caveda, Teodoro Cuesta, Xuan María Acebal, Xosé María Flórez y González, Xosé Napoleón Acebal y Nolón son nombres de poetas y dramaturgos de la época, destacando Enriqueta González Rubín como narradora. Xosé Caveda y Nava es sin duda el referente literario para las generaciones futuras, tanto por los poemas que escribe como por su afán recopilador. Sus poemas son de diversos temas; histórico: La Batalla de Cuadonga; de tradición popular: Los enamoraos de 'aldea, La Paliza, La vida de l'Aldea; de carácter sentimental: El Neñu enfermu; de carácter escatológico: La defensa del peu. Juan María Acebal fue un escritor destacadísimo, que mereció el título de «Príncipe de los Poetes» entre sus contemporáneos. Su obra no es muy extensa pero representa la cumbre poética del siglo XIX asturiano, pudiendo clasificarla temáticamente; poesía religiosa: A María Inmaculada, Al niñín Jesús, Venite ad me, A maría y Refugium peccatorum; de carácter paisajístico: Cantar y más cantar, La fonte de Fascura, La vida del aldeanu; otros: L'ahmor del hogar, A so maxestá la reina Sabel Segunda y Arreglu de cuentes. También tradujo al asturiano tres odas de Horacio, Beatus ille, Maeccenas atavis y Cum tu, Lydia, Telephi. Teodoro Cuesta representa la corriente popular y es el poeta más conocido e influyente. Escribe sus primeros poemas bajo el magisterio de Caveda, de quien toma el título genérico para ellos de La vida de l'aldea. En su extensa obra podemos encontrar poesía satírica, costumbrista, religiosa y de circunstancias.
El Regionalismo Asturiano
Coincidiendo con los primeros movimientos regionalistas de la política asturiana, se dan a conocer un grupo de escritores que se sienten herederos directos de la labor poética de Cuesta y Acebal. Son los poetas Pepín de Pría (Nel y Flor y La fonte del cai), Constantino Cabal (L'alborá de los malvises), Marta Balbín, Constantino Cabal o Daniel Albuerne, y los dramaturgos Pachín de Melás, Eloy Fernández Caravera o Fabricio.
Pachín de Melás |
Este grupo crea en 1919 una Real Academia Asturiana de Artes y Letras, que no va a tener ninguna operatividad. Destacan también Enrique García-Rendueles por la elaboración de un diccionario, una nueva gramática y la recopilación de una antología, Los Nuevos Bablistas (1925). Pero sin duda es Fernán Coronas el más destacado escritor de la época. Fraile oblato que viaja por toda Europa aprendiendo lenguas antiguas y modernas al tiempo que adquiere una considerable cultura. Las dos últimas décadas de su vida las dedica al estudio del asturiano, recogiendo datos para un diccionario general, elaborando otro de la rima, una gramática... y componiendo muchos poemas que hoy siguen en su mayor parte inéditos. Con él empieza el siglo XX para la literatura asturiana.
El siglo XX
La literatura asturiana, tras el auge del regionalismo, sigue anquilosada en los mismos temas costumbristas y pierde el favor del público, cerrándose en ella misma. Los autores de esta época, Xiquín de Villaviciosa, Matías Conde o Laudelino León, no alcanzan la categoría de sus predecesores ni su buena acogida. La Guerra Civil supone una ruptura política, social, económica y cultural. La literatura asturiana sigue siendo humorística y ruralizante, y está desconectada de una realidad social cada vez más industrial y urbana. Sin embargo, algunos autores desde los años 60 intentan superar el costumbrismo tradicional, destacando María Josefa Canellada, poeta y narradora de corta pero intensa obra, publica en 1980 Montesín el primer libro juvenil y en 1990 la novela corta Malia, Mariantia y yo. También destacó Nené Losada Rico, cuya obra bebe en la tradición oral, que compone Cantares Valdesanos y publica también los poemarios Entre apigarzos, El nome de las cousas y la antología Fueyas que reverdecen. Véase también: Xeneración de la posguerra.
El Surdimientu
La aparición de Conceyu Bable en la Asturias de 1974, el movimiento prolengua, que al término de la dictadura y durante toda la transición se vive en Asturias y de manera muy especial en el ámbito universitario, así como el surgimiento en los años setenta del Nuevu canciu astur, propicia una etapa de apogeo y de rupturismo total, que iguala en número de autores que están escribiendo con todos los que habían escrito anteriormente. Renovando temas por completo, tocando la política, el amor, el erotismo en la poesía y adquiriendo gran relevancia la novela y los cuentos así como ampliándose de manera notable el volumen de las traducciones de otras lenguas. De esta época, llamada surdimientu, y que muchos críticos insisten en dividir en «primer surdimientu» y «segundu surdimientu», destacan: Manuel Asur destaca por ser el inaugurador de la corriente y la etapa, con el libro de 1977, Cancios y poemes pa un riscar. Si bien publicaría más tarde otros como Poesía (1976-1996) y Orbayos. Xuan Xosé Sánchez Vicente hombre polifacético, político, ensayista. Se le conoce también por su producción poética como As de Corazón/es/y/es y la novela La muerte amiya de nueche. Berta Piñán la poeta asturiana de mayor relevancia, con poemarios como Vida Privada o el libro de relatos La tierra entero. Xuan Bello en la actualidad el escritor de mayor proyección fuera de Asturias; poeta, novelista y articulista. Es autor de la novela Hestoria universal de Paniceiros y del poemario El llibru vieyu. Ismael González Arias uno de los autores más leídos; novelista, polémico articulista y compositor. Es autor de las novelas En busca de Xovellanos y El tiempu de Manolo. También es autor del Diccionariu de la llingua y otros órganos sexuales. Antón García otro de los autores más conocidos, tanto en poesía como en prosa, con poemarios como Venti poemes y novelas como Díes de muncho. Vanessa Gutiérrez destaca por ser una de las poetas más destacadas en el presente, con libros como La danza de la yedra. Xandru Fernández autor prolífico con incursiones en distintos campos de la novela, siendo autor de Les ruines y La banda sonora del paraísu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario