miércoles, 18 de enero de 2012

RECETA DE FABADA ASTURIANA







 La fabada asturiana desprende esos aromas y sabores que nos hacen recordar la tierra a la que pertenecemos como muy pocas recetas pueden hacer.
Realmente fabadas hay muchas y lo único que las une es lo especial de sus fabes. Unas judías blancas muy grandes de la variedad de la granja o del cura. Con ellas se pueden hacer todas y cada una de las “fabadas”: fabes con almejas, fabes con gallina, fabes con bacalao, fabes con conejo, etc. Pero veamos que necesitamos para nuestra fabada asturiana.






Ingredientes para 4 personas.
500 gr de fabes de la granja, 2 chorizos asturianos, 2 morcillas asturianas, 100 gr de lacón y 100 gr de tocino (sustituido por 200 gr de panceta curada), 1 cebolla, dos ajos, perejil y sal.


Elaboración.

Lo primero es poner a remojo en agua fría las fabes. Veréis en las fotos como cambian de tamaño. Se ponen el día antes y veremos como enseguida empiezan a arrugarse hasta que crecen por completo y se vuelven a hidratar. Aún así el cocinado que van a necesitar será con el fuego bajo y lento en el tiempo para conseguir que desplieguen toda su carnosidad.

A la vez que ponemos las fabes en remojo, pondremos la carne (morcilla, chorizos, lacón y tocino o panceta) a remojo en agua templada. Si las fabes con importante no lo son menos los chorizos y morcillas de Asturias, para mí de los mejores de España sin desmerecer los demás.
Al día siguiente y 3 horas antes de la hora de comer ponemos a cocer, utilizando el mismo agua, los chorizos y encimas las fabes. Además añadimos el la cebolla, el perejil y los ajos. Cuando rompa a hervir desgrasamos y quitamos las impurezas en forma de espuma que han soltado.

A la vez asustamos las fabes, muy importante porque rompe el hervor y estabiliza el estofado. Esto es, ponemos en los focos del hervor unos chorritos de agua fría.
Bajamos el fuego y lo ponemos al mínimo imprescindible para que pueda romper a hervir de nuevo pero muy lentamente. Así durante 3 horas o hasta que estén tiernas las fabes.
A final del cocido comprobamos la sal y si es necesario incorporamos un poco. Pero nunca antes puesto que ya hemos añadido carne salada al principio. Si el caldo estuviese muy claro machacamos unas pocas fabes y las utilizamos para espesar.



Tiempo de elaboración | 3 horas y media
Dificultad | Media


 


Degustación

La receta de fabada asturiana se sirve caliente y se come con cuchara en mano. Eso sí, antes quitamos la cebolla, los ajos y el perejil y además cortamos en trozos la carne. Una receta excepcional.

BOSQUE DE MUNIELLOS






La Reserva Natural de Muniellos comprende los montes de Muniellos y La Viliella (Cangas del Narcea) y el monte de Valdebois (Ibias).

El mayor robledal de España y uno de los mejores conservados de Europa, acoge en su entorno a una verdadera naturaleza virgen que renace en cada estación con sorprendentes muestras de su adaptación al medio ambiente.

Siempre cambiante, es ejemplo claro del paraíso asturiano en todas las épocas del año.

Robles de distintas especies y de hasta seis metros de diámetro, hayedos y abedules que se ven salpicados por la continua presencia de acebos y tejos, reyes perennes del otoño de Muniellos.

Las especies de ribera como el fresno y el álamo se entrecruzan con el avellano, el serbal y el boj.

Este fantástico bosque, lleno de leyendas y mitología astur, se asienta sobre un sustrato paleozoico de unos 500 millones de años de antigüedad; en él se pueden observar antiguos circos glaciares y las lleronas, canchales de cuarcitas desmenuzadas.

Del origen glaciar de Muniellos dan fe las famosas lagunas del Pico de la Candanosa, cuatro escalones de agua, de belleza enigmática, que se esconden entre valles, senderos y cimas. La ascensión a estas lagunas: La Peña, Grande, Fonda y La Isla conforman uno de los recorridos de máximo interés entre los amantes del senderismo.

El río Muniellos o Tablizas, afluente del Narcea, atraviesa todo el bosque, recogiendo las aguas de los numerosos arroyos que se deslizan torrencialmente a sus lados.
La climatología es típicamente montañosa, con una pluviosidad elevada, del orden de los 1.800 litros por metro cuadrado, y una temperatura de 10 grados en la media montaña y por debajo de los 6 en la región de cumbres. La nieve es frecuente durante la estación fría, llegando a permanecer gran parte del invierno en las zonas más elevadas.

Este singular y cuidado entorno ha sido declarado Reserva de la Biosfera por parte de la UNESCO, Declaración que ha sido ampliada en 2003 afectando a la totalidad del Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.

Localización

Situada en el suroccidente asturiano, entre los concejos de Ibias y Cangas del Narcea, se encuentra la Reserva Natural Integral de Muniellos.

Desde su declaración como Reserva Biológica en el año 1982 este singular espacio natural se dedica exclusivamente a la investigación y realización de programas educativos para escolares y visitas concertadas autorizadas, estando limitado el paso de visitantes con el fin de favorecer la completa conservación del ecosistema.

Aunque existen pequeños pueblos en los valles, Muniellos es un territorio muy poco poblado, con una de las densidades demográficas más bajas de Asturias.

Flora

El sotobosque vive su propio esplendor sobre un manto de brezos, helechos, zarzas, argomas, arándanos, musgos y líquenes. Estos últimos, de frágil supervivencia, confirman la total ausencia de contaminación, aportando una peculiar sensación de encantamiento al ambiente interior del bosque. Otro de los fascinantes secretos de Muniellos es su gran variedad de hongos y setas, la mayoría de ellas comestibles, que siembran los bosques con más de cuatrocientas especies. Las plantas aprovechan cualquier descuido del sol de invierno para echar sus frutos de intenso colorido. Trescientas noventa y seis especies diferentes, algunas de las cuales forman parte del catálogo de Especies Amenazadas de la Flora del Principado de Asturias.

Fauna representativa

Los amantes de los animales tienen en el bosque de Muniellos un importante referente sobre la fauna asturiana. Abundante, variada y escurridiza, se esconde en los entresijos del bosque, huyendo de la presencia del hombre.

El más relevante es el oso pardo cantábrico, que encuentra en la zona las condiciones adecuadas para su desarrollo y supervivencia: bosques extensos, zonas de refugio poco accesibles.

El lobo puebla los montes con áreas estables de cría y presencia de grupos familiares, alimentándose de otros animales que habitan los montes como el jabalí o el corzo.

Es posible observar la muda del pelaje del zorro en otoño, cuando las ardillas, arrendajos y urogallos cambian su dieta primaveral por los abundantes frutos que llenan el bosque: arándanos, moras, avellanas y bellotas.

En los ríos abundan las nutrias y en las múltiples zonas húmedas de los montes, encontramos una gran variedad de anfibios y reptiles, que se adaptan al entorno enterrándose en los fríos días del invierno.


En un día claro, se puede observar el fascinante vuelo del azor, el ave rapaz más típica de los bosques caducifolios asturianos, al águila calzada que migra en el invierno hasta el norte de África, dejando paso a la paloma torcaz, que busca refugio en nuestros bosques, más cálidos que los del norte de Europa, de donde procede.

Observaciones

Visitas: 
Las reservas para visitar Muniellos se hacen a través del Servicio de Atención al Ciudadano del Principado de Asturias.

Desde Asturias
Teléfono 012

Desde fuera de Asturias
Teléfono 985279100

Horario
De lunes a viernes, de 8:30 a 19:30 horas.

También se puede hacer la reserva a través de  www.asturias.es
Deben ser autorizadas por la Consejería de Medio Ambiente, permitiéndose un máximo de 20 visitantes por día. La solicitud debe ir acompañada de nombre, apellidos y número de DNI de cada miembro del grupo, y el titular del grupo deberá aportar también fotocopia del DNI, una dirección y teléfono de contacto.

LOS TEITOS




En Asturias las construcciones con cubierta vegetal se centran en la montaña del suroeste, situadas en lugares altos. Se trata de rústicas cabañuelas dispuestas en pequeños apiñamientos o conjuntos.
Las construcciones con cubierta vegetal, de vivienda o de otros servicios (cabañas, corros, tendejones y hórreos) se reparten casi exclusivamente por Asturias en una superficie que comprende los concejos de San Martín de Oscos, Santa Eulalia de Oscos, Grandas de Salime, Somiedo, Cangas del Narcea, Ibias y Degaña. Su presencia en estos ámbitos era mayoritaria a finales del siglo pasado.
Los teitos tienen planta circular o rectangular, dividida en dos partes básicas, con superficies similares que a su vez pueden subdividirse. Por un lado el espacio destinado a las personas, con acceso directo desde el exterior, astrago, donde se emplaza en el lugar central, el hogar bajo, lariega, acompañado por el horno, forno, que se adosa al muro exterior. Otras divisiones menores que se establecen dentro de él, albergan pequeños almacenes, algún pequeño cortello para los cerdos, o diminutos cuartos donde apenas cabe el camastro.
A su vez, el espacio destinado a cuadras, corte, puede subdividirse en cortellos para las vacas y ovejas. Sobre ella se crea un forjado, parreiro, destinado a pajar, que tiene acceso desde la zona de vivienda y puede ser usado para dormir.

Al exterior se puede complementar con algún cuerpo anejo o edificio auxiliar aislado, como el hórreo o el pajar y almacén, palleiro, que alberga también la carreta, pudiendo tener delimitado el espacio libre anejo o la corralada con una tapia.
El horno se enfrenta al hogar, rodeado por un escaño fijo. Esta posición permite crear, apoyándose en dos vigas, un pequeño entablillado o encestado de varas, cainzo, sobre el hogar que permitesecar productos como las castañas o la matanza, constituyendo el techo de esta estancia la propia cubierta.
El rasgo diferencial más acusado de este tipo de viviendas consiste en el material empleado como cubierta: paja de centeno o escoba, adecuadamente dispuestas sobre un armazón de palos y entretejido de varas que se ajusta y acomoda a la estructura general del edificio. En los concejos de Ibias y Degaña subsisten aún hoy en día teitos de paja; en cambio, los de Somiedo, hechos de escoba, son los más conocidos.
La cubierta, de acusada pendiente, se dispone marcando una cumbrera paralela a la directriz de la planta, con dos faldones en los extremos. Su estructura está constituida por una serie de vigas inclinadas, de haya, formando elementales tijeras, a distancias cortas. Sobre ellas se sustentan unas piedras menores, que sirven de asiento a una cama de brezo, sobre la que se apoya la escoba, adquiriendo gran espesor.
Para evitar que se mueva el material de cubierta, se colocan sobra la cumbrera unos palos, llatas, sobre los que se asientan otros dos, largos, zancas, colgados por las dos vertientes principales, sujetos por otros menores en la cumbrera. Otro sistema de sujeción, a fin de evitar los efectos del viento, emplean unos palos ahorquillados que sujetan las llatas.
Normalmente todos los años se refuerza o revisa la cubierta al final del verano o comienzos del otoño, que es realizada manualmente.