miércoles, 23 de enero de 2013

EL MERCADO DEL FONTÁN - OVIEDO



Puede hablarse de El Fontán como del epicentro de Oviedo, pues paseando por sus calles y plazas nos invade el espíritu más vitalista de la ciudad. En el corazón del Oviedo antiguo, este espacio guarda la solera primitiva de la capital de Asturias y es, sin duda, uno de los escenarios más populares del Principado y una de sus joyas patrimoniales. 
 En 1660 fue cuando comenzó la edificación de la zona con una serie de casas soportaladas, llamado después Arco de los Zapatos. En uno de los costados de la Plaza del Fontán se abre la Plaza de Daoiz y Velarde, y a un lado de ésta se encuentra lo que en su día fue la famosa Casa de Comedias o Teatro del Fontán y que actualmente, conservando su antigua fachada, es ocupada por la Biblioteca Pública Pérez de Ayala. Junto a ella se levanta el Palacio del Duque del Parque, desde 1892 propiedad de los marqueses de San Feliz: el más genuino palacio barroco de Oviedo.


 Orígenes del Fontán 

 En sus orígenes, todo este solar no era ni más ni menos que una laguna natural que se encontraba a las afueras de la ciudad. La laguna era abastecida por manantiales naturales. Su nombre proviene de la fuente principal, o fontán, que surtía con sus aguas la laguna. Los nobles ovetenses no tardaron en convertir esta especie de arcadia próxima en zona de recreo. Al mismo tiempo, los campesinos que vivían en las inmediaciones de la ciudad pensaron que éste era un lugar inmejorable para poner a la venta sus productos de casa: leche, verduras, quesos, gallinas, etc. El creciente pulso comercial de la zona hizo que no tardaran en ofrecer sus trabajos los artesanos. Y así, poco a poco, se creó un mercadeo constante que perdura hasta nuestros días.

 En el siglo XVIII fue cuando se desecó la laguna y en su lugar se construyó una plaza porticada para asiento de tantos comerciantes. No sin polémica, la plaza fue recientemente restaurada ya que mostraba un serio riesgo de derrumbe. En 1996 las autoridades municipales determinaron su demolición y reconstrucción. En 1999 se inauguró la nueva plaza que guarda la sencillez y proporciones de la antigua.


 El Fontán se ha recreado muy bien en la literatura: en “La Regenta” es la plaza del Pan, y Ramón Pérez de Ayala lo inmortalizó en su afamada novela «Tigre Juan». Este sabor literario parece degustarse diariamente, pues al transitar por sus calles podemos llegar a sentirnos como auténticos personajes de ficción. Toda la zona es un hervidero de paseantes y de establecimientos donde se puede encontrar la mejor oferta de moda, la vieja y nueva artesanía, la gastronomía más selecta y un mercadillo ambulante de flores y plantas. También encontraremos un mercado de abastos moderno y de bella factura, rodeado de tiendas y locales de restauración. 



¿Qué días visitar el Fontán? 

 Su origen comercial sigue siendo por tanto la esencia de su actividad. En el centro de la plaza de Daoiz y Velarde hallamos la escultura más propia, dedicada a las vendedoras de siempre. Es en esta plaza y en la del Fontán se dispone la venta ambulante los jueves, sábados y domingos en horario matinal. Un concurrido mercadillo en el que podemos encontrarnos de todo y que a primera vista despierta el interés de todo el mundo: compradores habituales, clientes ocasionales o simplemente curiosos. Hablamos de uno de los rastros más auténticos del país, y lo es no sólo por la variopinta densidad de la oferta, sino porque se respetan estrictamente los cánones de cualquier mercado popular que se precie: entorno acogedor, ambiente ciudadano, esencia histórica por los cuatro costados, tipismo absoluto en los puestos de venta y decenas de locales pintorescos donde tomarse un aperitivo entre compra y compra.








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