miércoles, 16 de noviembre de 2011

MUSEO DE LA SIDERURGÍA

        El Museo de la Siderurgia pretende aunar cultura, industria, ocio e historia, como un nuevo modelo de interés y de conocimiento. Incluye rutas guiadas por la arqueología industrial de la comarca del Nalón y cuenta con un centro de recepción de visitantes que se encuentra en el interior de un refrigerante troncónico de la antigua Fábrica de La Felguera.
Tradicionalmente el eje de la economía asturiana ha sido la minería y la siderurgia, con altos hornos en La Felguera, Mieres, Avilés y Gijón. El pasado esplendor de esta actividad, y los tiempos presentes de forzosa reconversión, quedan a resguardo en el Museo de la Siderurgia (MUSI), ubicado en uno de los concejos pioneros de este sector en España: Langreo. Este museo es el complemento natural del Museo de la Minería (MUMI), en EL Entrego.
El “refrigerante de Valnalón” es una construcción que forma parte del Patrimonio Industrial de Asturias y que ha sido acondicionado recientemente para que los amantes de la cultura tengan acceso a una peculiar colección. Por fuera, la robusta chimenea ha sido decorada con una banda multicolor que sirve para identificarla en la distancia y darle un tono museístico. Ya no echa humo, ahora en su interior bullen la historia y las ideas. Dentro del inmenso cono se ilustra perfectamente el proceso que lleva al mineral de hierro a convertirse en acero. También se nos explica la historia y la sociología del trabajo en las fábricas, la vida de los asentamientos obreros en las inmediaciones y el desarrollo territorial de las urbes asociadas a esta industria.

Para ello el MUSI cuenta con maquinaria y elementos de trabajo de las antiguas factorías, esclarecedores paneles informativos, sala de audiovisuales, biblioteca, etc. La intención es mostrar claramente el proceso de industrialización que vivieron las cuencas mineras asturianas desde el siglo XIX.
El empresario riojano Pedro Duro fundó en 1857 la empresa Duro y Compañía, que llegó a ser el centro siderúrgico más importante de España. Con la llegada de este emprendedor, el valle, básicamente ganadero y minero hasta entonces, sufrió una paulatina transformación. Con el crecimiento siderúrgico se fue creando una estela de ciudades cercanas que dieron trabajo a miles de asturianos. Todas ellas, como La Felguera, se desarrollaron a la sombra de los altos hornos y su industria derivada, dejando a la postre un destacadísimo legado socio-cultural.
En el año 1900, Duro y Compañía se reconvierte en la Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera, S.A., y en 1902 empieza a cotizar en Bolsa. En 1920 es la mayor empresa carbonera del país, gracias a cuyos beneficios se acometen importantes transformaciones técnicas del negocio siderúrgico. Durante los años 1940 y 1950 la minería y la siderurgia encuentran un entorno muy favorable. Duro dominará el mercado nacional junto con Altos Hornos de Vizcaya hasta 1960, década en la que se marca el inicio del proceso de reestructuración minera e industrial. En 1961 se crea la Unión de Siderúrgicas Asturianas (UNINSA), formada por Duro Felguera, la Fábrica de Mieres y la Fábrica de la Sociedad Industrial Asturiana, germen de lo que luego sería ENSIDESA, a la que pasan todos los activos siderúrgicos de Duro Felguera.

Para analizar esta trayectoria, revivirla y estadudiarla en profundidad, el MUSI también cuenta con actividades de formación, investigación, documentación y publicaciones propias. En la Sala de audiovisuales se proyectan dos documentales: “El proceso de elaboración del acero” y “Desmantelamiento de los hornos altos de la antigua fábrica”. Después, accedemos a la primera planta del refrigerante donde existe una colección de minerales y herramientas de la época. La distribución de los contenidos es temática y está organizada en cinco zonas diferenciadas. El espacio destinado a las exposiciones es completamente diáfano, con el aliciente de sentirnos dentro de una chimenea industrial. Si miramos hacia arriba, tras una plataforma acristalada, descubrimos el cielo enmarcado en una enorme boca circular.
Pero el imponente centro de recepción no agota todo lo que ofre el Museo de la Siderurgia, y las visitas no terminan aquí, más bien comienzan. Es el punto de partida para otras visitas opcionales: “La vivienda obrera en La Felguera: los espacios de vivir” y “La Felguera, el espíritu emprendedor de Pedro Duro y el origen y desarrollo de un núcleo de población”, que llevan
al visitante por dos de las zonas de Langreo que más cambiaron durante esa época industrial y que conservan en perfecto estado las huellas que dejaron los trabajadores y propietarios de la antigua fábrica: casas obreras, “chalet de los ingenieros”, farolas y quiosco de la música en el Parque…

El Museo, en suma, devuelve a la localidad de La Felguera unas raíces industriales que estuvieron a punto de ser olvidadas por una reconversión que parece no tener fin, poniendo a disposición del visitante su historia y su presente.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

MUSEO DE LA SIDRA DE ASTURIAS





LA SIDRA: ALGO MÁS QUE UNA BEBIDA PARA LOS ASTURIANOS


Situado en la villa de Nava, a 30 km de Oviedo, tiene como objetivo dar a conocer y promocionar esta bebida característica de Asturias. La exposición se aleja de la idea museística tradicional, en la que un museo se concibe como la exhibición de piezas ordenadas según los criterios temáticos o tipológicos. El museo tiene como reto fundamental que el visitante participe activamente.

Así, por medio de un sistema expositivo envolvente, pretende transmitir toda la información posible con respecto a la producción, el consumo y la historia de la sidra.


En un primer apartado, utilizando como recurso una colmena en plena actividad, se explica el proceso de polinización, se analizan las variedades de manzana utilizadas en la elaboración de la sidra y se recrea la selección del fruto para obtener el zumo de manzana.

Un segundo apartado ilustra los trabajos necesarios para la obtención del zumo. Como hilo conductor, nexo de unión entre los distintos apartados, el visitante utiliza un ingenio que reproduce, con una sola manzana, los pasos y el proceso que se ajustan a la campaña anual de actividad de un llagar o bodega.




Al tratarse de un museo que refleja una actividad en expansión, las posibilidades de reconstruir los ambientes de la sidra son claras y numerosas, de tal manera que se organizan los ambientes relacionados con el llagar o bodega y el chigre o bar.

Los juegos tradicionales y el folclore están íntimamente relacionados con el consumo de sidra. Una bolera virtual y una gaita electrónica son las referencias que se utilizan para recrear la plasticidad y los ritmos ancestrales.

El museo también custodia elementos gráficos y documentales del siglo XX relacionados con la sidra, siendo reseñable una importante colección de etiquetas de sidra champanizada.


EL MUSEO DEL JURÁSICO DE ASTURIAS (MUJA)




Fecha de inauguración: 31 de  marzo de 2004.


Fecha de apertura al público: 1 de abril de 2004.

 
Situación: El edificio del Museo del Jurásico de Asturias se encuentra en la rasa de San Telmo (Colunga), paraje que tiene acceso por carretera, y en las proximidades de la playa de La Griega.






EL MUSEO DEL JURÁSICO DE ASTURIAS (MUJA)


En el más remoto pasado reinaron sobre nuestro planeta y han vuelto para reclamar su lugar entre nosotros. Han regresado con todos los honores y han fijado su nuevo trono en el corazón jurásico del Principado de Asturias, en la costa sobre la que el tiempo no ha logrado borrar las huellas de su existencia.
Dominando el mar se alza el palacio que testimonia la grandeza de su reinado sobre la Tierra y que ha recibido el nombre de Museo del Jurásico de Asturias (Muja). Este singular museo, que adopta la forma de una gran huella tridáctila, acoge la muestra más completa, didáctica y fiel del mundo de los dinosaurios.


El Muja, con casi 5.000 metros cuadrados de superficie, comprende grandes áreas temáticas con el tiempo como hilo conductor, sumergiéndonos de lleno en la época más fascinante de la Historia de la Tierra.
El Museo del Jurásico de Asturias, perfectamente comunicado a través de la A-8, representa la vanguardia de los museos del siglo XXI. Su concepción expositiva, la riqueza de sus fondos, junto con una potente línea de investigación, hacen honor al irrepetible conjunto de restos paleontológicos que alberga el Principado de Asturias, auténtico referente internacional.
Desde los tiempos de los dinosaurios a los tiempos del hombre, sólo esta tierra permanece inalterable, siempre Asturias, Paraíso Natural.


EL EDIFICIO
La sede del Museo del Jurásico –el gran centro paleontológico de Asturias–, ubicada en un paraje excepcional sobre la playa de La Griega, es un edificio espectacular con una llamativa forma de contramolde de huella tridáctila, obra del arquitecto Rufino García Uribelarrea. La construcción tiene una gigantesca cubierta espacial sobre tres bóvedas de planta elíptica, enlazadas entre sí. La impresión que recibe el visitante es la de un gran espacio que se recorre por rampas, constituyendo un atractivo itinerario. La cubierta exterior es de cobre, y la interior, de madera, está constituida por un entramado de arcos de medio punto paralelos. El cobre viejo de la cubierta, marrón en un principio, irá adquiriendo con el paso del tiempo un tono verde que, según dicho arquitecto, podrá adecuarse muy bien al paisaje.
Su superficie útil de exposición es de 2.500 metros cuadrados.
Cuatro gigantescas maquetas de dinosaurios (un diplodocus, un allosaurus, un dacentrus y un comptosaurius), de llamativos colores, que se deben al artista Adolfo Cuétara, presiden los jardines de este museo.






CONTENIDOS


Planta primera:
  • Triásico
  • Jurásico
  • Cretácico
Planta segunda:
  • Tiempo posterior al Mesozoico
  • Auditorio
  • Cretácico
  • Jurásico
  • Jurásico asturiano
  • Triásico
  • Tiempo anterior al Mesozoico
  • Consigna, tienda y salida
Planta sótano:
  • Área de investigación
  • Talleres de trabajo
  • Exposiciones temporales
  • Aseos
  • Área de descanso
Si hace 150 millones de años los dinosaurios frecuentaban la rasa de San Telmo, entre Colunga y Lastres, bajando en sus caminatas hasta la playa de La Griega –entonces un extenso pantano–, donde dejaron
marcadas sus huellas, hoy, en el MUJA, muy cerca de esos lugares, se pueden ver réplicas de aquellos mismos ejemplares de grandes saurópodos y de otros que vivieron en distintos puntos de la Tierra: carnívoros, herbívoros, bípedos, cuadrúpedos, etc. Todas las especies están aquí representadas.
El recorrido por el MUJA –que recibe a los dinomaniacos con una gran cabeza de giganotosaurio (el mayor de los dinosaurios carnívoros conocidos hasta la fecha de su inauguración), expuesta en la entrada– parte de la era mesozoica, aunque los elementos centrales de la exhibición son los periodos Triásico, Jurásico y Cretácico.
La sala central del museo, dedicada al Jurásico asturiano, está presidida por un enorme camarasaurio, de más de 17 metros. Es una reproducción a tamaño natural de un representante de los saurópodos –los animales más grandes que jamás han vivido en nuestro planeta–, como los que frecuentaron la costa asturiana.
En el espacio destinado al Cretácico se puede observar una de las piezas más impactantes del recorrido: una pareja de tiranosaurios (macho y hembra) representada durante lo que pudo ser una parada nupcial. Los esqueletos de ambos se muestran durante la cópula. Estos dinosaurios, que vivieron durante el periodo Cretácico ocupando durante millones de años buena parte de este planeta, tenían un peso superior a las diez toneladas.
El recorrido sorprende con otros muchos atractivos: réplicas de dinosaurios con plumas como los velociraptor, de plateosaurios del Triásico atrapados en una trampa de barro, de fósiles extraídos del yacimiento de Las Hoyas (Cuenca)..., así como troncos fosilizados, una excelente colección de huellas del Jurásico asturiano, vértebras, dientes de pez, etc. Además, hay paneles, vitrinas e ilustraciones varias para dar a conocer las características del periodo al que pertenecen los dinosaurios representados.




MIEMBRO DEL CONSEJO INTERNACIONAL DE MUSEOS
En 2008 el MUJA se incorporó a la red mundial de museos tras ser aceptada su candidatura para formar parte, como miembro de pleno derecho, del Consejo Internacional de Museos (ICOM), una prestigiosa organización dedicada a la conservación y preservación del patrimonio natural y cultural que mantiene una relación formal con la UNESCO y tiene estatus de órgano consultivo de del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. Para este museo supone el reconocimiento a la labor divulgativa y científica que viene realizando desde su creación.

Fuentes: Museo del Jurásico de Asturias, diario La Nueva España de Oviedo y VivirAsturias.com.