Una de las mayores riquezas de Asturias es su patrimonio cultural y ecológico. Asturias cuenta en su territorio con un Parque Nacional, el de los Picos de Europa y la Montaña de Covadonga, 3 Parques Naturales, 10 Reservas Naturales, 10 Paisajes Protegidos y 35 monumentos naturalesque en conjunto suponen un 30% de la superficie de país. Nuestros bosques célticos son los lugares donde se guardan antiguas leyendas de nuestro imaginario colectivo. Nuestras costas son el testigo de un pasado común con los pueblos del Atlántico...
La fauna asturiana, los salmones y las truchas pueblan nuestros ríos y dan lugar a ancestrales tradiciones como la pesca del campanu, o primer salmón pescado en la temporada. Asturias aún conserva una raza autóctona de caballos que viven semi-salvajes; los asturcones, caballos ya citados por los historiadores romanos. En los parques naturales asturianos, los escepcionales bosques, los hayedos, los robledales aún se pueden encontrar osos, urogallos y lobos. Entre los robles y las hayas encontramos la variada fauna asturiana, el oso, el lobo, el zorro, nutrias, corzos, rebecos jabalíes, aves, insectos y reptiles.
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EL MANZANO
El manzano (Malus domestica Borkh.) es un árbol de la familia de las rosáceas, cultivado por su fruto, apreciado como alimento. Domesticado hace más de 15.000 años, su origen parece ser el Cáucaso y las orillas del Mar Caspio. Fue introducido en Europa por los romanos y en la actualidad existen unas 1.000 especies, como resultado de diferentes hibridaciones entre especies silvestres.
Es un árbol de mediano tamaño (12 m de altura), caducifolio, de copa redondeada, abierta y numerosas ramas que se disponen casi en horizontal. Posee hojas ovaladas, suavemente dentadas en los bordes y de fuerte color azul con pubescencia en el envés. Al estrujarlas despiden un agradable aroma.Las llamativas flores (también aromáticas) tienen una corona 5 pétalos blancos, redondeados, frecuentemente veteados de rojo o rosa, penduculadas. Surgen agrupadas en racimos de entre tres y seis unidades de las ramas jóvenes laterales formando corimbos. Son hermafroditas, con un cáliz de cinco sépalos y numerosos estambres amarillos. El manzano florece en primavera antes de la aparición anual de sus hojas. El fruto que se desarrolla a partir de este pedúnculo floral que se vuelve carnoso es la manzana.De piel verde amarilla o roja, es suave y brillante. Su pulpa es jugosa y dulce y contiene semillas. La manzana suele madurar hacia el otoño. La manzana del manzano silvestre se diferencia por un color verde amarillento en su piel y de sabor agrio.
EL ACEBO
Habitat:
Este arbusto es propio de espesuras, bosques y setos de carácter netamente atlántico. Esta especie se encuentra en la actualidad en grave peligro de extinción debido en parte a la regresión que han sufrido los bosques templados y también a la extendida costumbre de utilizar sus hojas y frutos como adorno navideño, con la consiguiente tala indiscriminada que esto provoca.
Usos:
Del acebo se puede aprovechar la madera, la corteza y las hojas. La madera es muy dura y se puede emplear para todos los trabajos de marquetería, ebanistería y tornería; también se utiliza en la fabricación de moldes para la impresión, instrumentos de precisión y grabados en madera. Las hojas se emplearon en otro tiempo para combatir el reumatismo y la fiebre, pero se ha de tener cuidado de no ingerir las bayas, pues son venenosas. Por último, hay que señalar que el acebo se cultiva en muchos lugares para formar setos, ya que soporta muy bien el recorte y la poda y tolera la polución algo más que otras especies.
EL ROBLE
Los robles son un grupo de árboles y arbustos de hoja simple, cuyo fruto es comúnmente conocido como bellota. Esta bellota tiene una cubierta lisa, rodeada por una cúpula (especie de capucha) en la base, y contiene una única semilla.
Los romanos llamaban Quercus a todos los robles en general. Sin embargo, este género está formado por más de 800 especies que no son fáciles de diferenciar entre sí. De hecho, pueden hibridar fácilmente, dando lugar a muchas otras variedades.
Mencionaremos aquí las especies que componen los principales robledales de frondosas de la península Ibérica:
Carballo (Quercus robur)
Es un árbol de porte robusto que puede alcanzar los 40 metros de altura. Es un árbol caducifolio, y puede vivir hasta 1000 años.
El tronco es recto y la copa amplia y globosa. La corteza es lisa y grisácea al principio, pero con el tiempo se vuelve gruesa, parda y agrietada. Aguanta muy bien el frío del invierno, pero en verano necesita humedad en el suelo. Por eso, lo encontramos en Galicia, Asturias, la cornisa Cantábrica, el País Vasco, y en los Pirineos navarro y catalán. Es el roble de Guernica.
Aparecen algunos ejemplares en Somosierra, en la Sierra de Peña de Francia (Salamanca), en las Batuecas, en la Sierra de Gata y en algunos otros puntos de Extremadura.
Su madera es muy apreciada, por lo que ha sufrido una explotación intensiva, especialmente durante la construcción de nuestra flota naval. Por esta razón no se encuentran actualmente bosques de robles, sino que aparece en pequeñas manchas mezclados con hayedos, pinares y castañares.
Roble Albar (Quercus petraea)
Posee unas características parecidas a las del carballo, pero se diferencia porque el pecíolo de la hoja es más largo que el anterior. Este roble es especialmente representativo en el País Vasco y Navarra, y llega hasta el Sistema Central y la Serranía de Cuenca.
Tiene una madera dura y de color más claro que la del Quercus robur, por lo que también es muy apreciada en ebanistería. También produce buena leña y carbón.
Se puede encontrar en hayedos, abetales, pinares o robledales de Quercus robur.
El Haya
El Haya es la especie más representativa de los bosques atlánticos.
El ha- yedo desempeña un valor ecológico primordial, protege el suelo contra la erosión y lo nutre con el aporte periódico de la materia orgánica de sus ho- jas muertas. Está ampliamente extendido por Europa central. Puede llegar fácilmente a los 30 metros de altura y no suele alcanzar la longevidad de los robles y otras especies leñosas, pues se estima que vive alrededor de los trescientos años. En su sotobosque se desarrollan especies como el aránda- no, las fresas silvestres, frambuesas etc.. aunque son tan tupidos que solo dejan entrar una luz muy reducida que no permite desarrollarse a tantas es- pecies como en el del roble.
El ha- yedo desempeña un valor ecológico primordial, protege el suelo contra la erosión y lo nutre con el aporte periódico de la materia orgánica de sus ho- jas muertas. Está ampliamente extendido por Europa central. Puede llegar fácilmente a los 30 metros de altura y no suele alcanzar la longevidad de los robles y otras especies leñosas, pues se estima que vive alrededor de los trescientos años. En su sotobosque se desarrollan especies como el aránda- no, las fresas silvestres, frambuesas etc.. aunque son tan tupidos que solo dejan entrar una luz muy reducida que no permite desarrollarse a tantas es- pecies como en el del roble.
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