TRAJE MASCULINO
Recopilamos en éste y otros artículos información extraída de varias páginas web en las que diversas Asociaciones Culturales, de Folklore y de Coros y Danzas nos aportan sus investigaciones acerca de cómo era el Traje tradicional asturiano, añadiendo las variantes correspondientes a la zona de Asturias de que se tratara.
Para facilitar la lectura agruparemos sus aportaciones según la parte de la vestimenta que corresponda.PARTES DEL TRAJE MASCULINO
Era de paño, o pana, llegaba hasta la rodilla, y llevaba trampa, que cerraba con botones. Iba abierto en el borde exterior de la pernera y abrochaba allí con 3,o 4 botones de metal, que iban sujetos a veces con cadena. Por debajo solía verse el calzoncillo , que sobresalía un poco. Los colores eran variados: pardos, azules rojos, verdes, o negros, y cambiaban algo según la zona.
CALZÓN LARGO
El calzón largo sería un pantalón de longitud normal, es decir que llegaría hasta los tobillos. Ambos tipos de calzón serían usados indistintamente por los vecinos como atestiguan las reproducciones artísticas que plasmaban la vida cotidiana del campesino asturiano.
No tenían aberturas laterales pero si aplicaciones de telas distintas que servían a la vez de refuerzo y adorno. Estos remontes podían cubrir toda la pernera a partir de la rodilla, o disponerse sobre las costuras laterales de la prenda, a modo de tapa.
En cuanto a su género y colores estos eran iguales a los de los calzones cortos.
CALZON CORTOEl calzón largo sería un pantalón de longitud normal, es decir que llegaría hasta los tobillos. Ambos tipos de calzón serían usados indistintamente por los vecinos como atestiguan las reproducciones artísticas que plasmaban la vida cotidiana del campesino asturiano.
No tenían aberturas laterales pero si aplicaciones de telas distintas que servían a la vez de refuerzo y adorno. Estos remontes podían cubrir toda la pernera a partir de la rodilla, o disponerse sobre las costuras laterales de la prenda, a modo de tapa.
En cuanto a su género y colores estos eran iguales a los de los calzones cortos.
El calzón podría asimilarse a un pantalón corto que cubriría de la cintura a las rodillas. Tenía unas aberturas a los lados de las perneras que se cerraban con botones. A veces estas aberturas se adornaban con piezas de tela de otro género a modo de pequeño volante.
La trincha es la pieza que ceñía la cintura, tenía un cordón o gordón que pasaba por unos ojales que junto con los botones servía para sujetar la prenda y hacía de faja.
El calzón se hacía de paño o tela y sus colores solían ser oscuros, pardos o negros, dándose también prendas en amarillo, verde o rojo.
EL CHALECO
Se componía de espalda y dos delanteros, que eran de paño o pana como el calzón y podían ser del mismo o distinto color que éste.
La espalda estaba formada por dos piezas, pues tenía un canesú de la misma tela que los delanteros, el resto era en los trajes de diario de lino, y en los de fiesta podía ser de telas más ricas, algodón o bien de paño, de distinto color que los delanteros, con remontes de otro color, formando a veces dibujos geométricos, o adornados con bordados (menos frecuentemente).. Llevaba doble abotonadura y los botones eran de diferentes tipos, desde los mas corrientes, hasta monedas, que iban cosidas directamente o colgadas de una cadena, como los de los calzones.
LA CHAMARRA
Era lo que hoy llamaríamos chaqueta. Era de paño, corta, no pasaba mucho más abajo de la cintura,. La espalda estaba cortada en tres piezas, pues llevaba costadillos. Los delanteros eran enterizos. El cuello era alzado, pespunteado y picado. La solapa no era tal sino que la formaban los picos superiores al no abotonarse en el cuello. Tenían doble fila de botones que cuando eran metálicos a veces iban sujetos con “cadena de trasgu de quita y pon”.
Era lo que hoy llamaríamos chaqueta. Era de paño, corta, no pasaba mucho más abajo de la cintura,. La espalda estaba cortada en tres piezas, pues llevaba costadillos. Los delanteros eran enterizos. El cuello era alzado, pespunteado y picado. La solapa no era tal sino que la formaban los picos superiores al no abotonarse en el cuello. Tenían doble fila de botones que cuando eran metálicos a veces iban sujetos con “cadena de trasgu de quita y pon”.
La chamarra o chaqueta era corta, ya que no pasaba de la cintura.
Se ajustaba al cuerpo y su función era preservar del frío, aunque también se solía enrollar de un brazo para usarla como escudo para protegerse de los palos, que eran bastante habituales en las romerías.
Tenía un cuello alto, pespunteado y bordado en su parte central. Estos adornos le daban solidez para mantenerse erguido.
También llevaba bolsillos añadidos y algunos adornos que servían de refuerzos en las zonas de mayor roce aunque por lo general el atavío del varón era más austero que el de la mujer.Los botones pueden considerarse un adorno pues no era costumbre abotonar la chamarra.
Aunque en público y en acontecimientos de compromiso estaba mal visto quitársela, en el ambiente más familiar era común llevarla colgada del hombro izquierdo, ya que el palo solía llevarse en la mano derecha.
Llevarla quitada en las romerías era demostración de soltería. El galán también lucía con orgullo los guyetes que le obsequiaban las mozas que pretendía.
El genero de la chamarra era el paño, la bayeta o la estameña, principalmente, pudiendo encontrarse prendas con forros de otras telas en colores vivos.
Se ajustaba al cuerpo y su función era preservar del frío, aunque también se solía enrollar de un brazo para usarla como escudo para protegerse de los palos, que eran bastante habituales en las romerías.
Tenía un cuello alto, pespunteado y bordado en su parte central. Estos adornos le daban solidez para mantenerse erguido.
También llevaba bolsillos añadidos y algunos adornos que servían de refuerzos en las zonas de mayor roce aunque por lo general el atavío del varón era más austero que el de la mujer.Los botones pueden considerarse un adorno pues no era costumbre abotonar la chamarra.
Aunque en público y en acontecimientos de compromiso estaba mal visto quitársela, en el ambiente más familiar era común llevarla colgada del hombro izquierdo, ya que el palo solía llevarse en la mano derecha.
Llevarla quitada en las romerías era demostración de soltería. El galán también lucía con orgullo los guyetes que le obsequiaban las mozas que pretendía.
El genero de la chamarra era el paño, la bayeta o la estameña, principalmente, pudiendo encontrarse prendas con forros de otras telas en colores vivos.
El galán que ta nel baille
paece que ta casáu,
que nun quita la chaqueta
aunque tea encaloráu.
paece que ta casáu,
que nun quita la chaqueta
aunque tea encaloráu.
LA FAJA
Era de lana, generalmente de estambre, roja, negra, parda, morada, azul o verde. La de color rojo fue la que quedó como más característica del traje tradicional, pero en realidad se usaron de todos los colores. Daba varias vueltas a la cintura, sus extremos iban rematados por flecos, y se ataba a un lado u otro de la cintura.
Era de lana, generalmente de estambre, roja, negra, parda, morada, azul o verde. La de color rojo fue la que quedó como más característica del traje tradicional, pero en realidad se usaron de todos los colores. Daba varias vueltas a la cintura, sus extremos iban rematados por flecos, y se ataba a un lado u otro de la cintura.
La faxa es una banda de lana o algodón que daba cuatro vueltas y media alrededor de la cintura cubriendo en parte el calzón y el chaleco.
Para diario solían ser negras o moradas y en los días de fiesta se ponían azules y coloradas. Las de lana se usaban en invierno y las de algodón, más frescas, se reservaban para la época estival.
En sus extremos aparecen los flecos de la trama, con los que era usual hacer nudos decorativos. También en algunos casos se bordaban con cenefas o motivos florales en un color que contrastara con el de la prenda.
Su objeto era más el abrigo que la sustentación de los calzones, utilizándose también para ocultar los caudales que el aldeano llevara, después de un buen día de mercado. Tampoco es despreciable su contribución al adorno personal, y al orgullo del paisano que se lucía impecablemente fajado.
Para diario solían ser negras o moradas y en los días de fiesta se ponían azules y coloradas. Las de lana se usaban en invierno y las de algodón, más frescas, se reservaban para la época estival.
En sus extremos aparecen los flecos de la trama, con los que era usual hacer nudos decorativos. También en algunos casos se bordaban con cenefas o motivos florales en un color que contrastara con el de la prenda.
Su objeto era más el abrigo que la sustentación de los calzones, utilizándose también para ocultar los caudales que el aldeano llevara, después de un buen día de mercado. Tampoco es despreciable su contribución al adorno personal, y al orgullo del paisano que se lucía impecablemente fajado.
LA MONTERA
La montera es el sombrero que usaron los asturianos, y pocas prendas son tan representativas de nuestra indumentaria tradicional como ésta.
Era un gorro de paño que estaba compuesto de un casquete formado por cinco piezas, y dos alas con forma de triángulos, que posteriormente quedaron reducidas a una sola y un reborde en el extremo opuesto.
Viene de los gorros que usaban los pastores para defenderse del frío, y sus dos alas colocadas hacía abajo, servían para proteger del frío las orejas y la cara, . Eran generalmente de color negro, pero también las hubo azules, negras o pardas. Las de fiesta tenían el ala tiesa hacia arriba, por ello se denominaron “piconas” A veces estas piconas iban forradas de terciopelo, y los mozos las adornaban con plumas y siemprevivas.
La montera es el tocado masculino más característico, la montera más conocida es la llamada picona que se divide en cuatro partes, el casquete, ala, reborde y forro.La montera es el sombrero que usaron los asturianos, y pocas prendas son tan representativas de nuestra indumentaria tradicional como ésta.
Era un gorro de paño que estaba compuesto de un casquete formado por cinco piezas, y dos alas con forma de triángulos, que posteriormente quedaron reducidas a una sola y un reborde en el extremo opuesto.
Viene de los gorros que usaban los pastores para defenderse del frío, y sus dos alas colocadas hacía abajo, servían para proteger del frío las orejas y la cara, . Eran generalmente de color negro, pero también las hubo azules, negras o pardas. Las de fiesta tenían el ala tiesa hacia arriba, por ello se denominaron “piconas” A veces estas piconas iban forradas de terciopelo, y los mozos las adornaban con plumas y siemprevivas.
El casquete es la pieza que cubre la cabeza, en su lado izquierdo lleva cosida el ala que tiene forma de triángulo equilátero y la función de abrigar la cabeza. El reborde se encuentra en el lado opuesto al ala, según Luis Argüelles puede ser el recuerdo de una segunda ala que en tiempos llevaban las monteras. Tiene unos tres centímetros de ancho y su largo comprende la mitad de la cabeza.
El forro sirve de armazón de la montera para que el sombrero tenga la consistencia necesaria y todas sus piezas se mantengan erguidas. Solía ser de bayeta o muletón.
En cuanto a los tejidos usados para su confección estos fueron muy variados. El casquete solía hacerse con paño grueso de color pardo, pero cuando era una montera de fiesta el tejido usado era terciopelo.
El ala de la montera se decoraba con una pluma o flores frescas. Cuando el mozo iba a servir en la milicia llevaba una escarapela.
La forma actual del ala es una atrofia de la primitiva, que seguramente sería bastante mayor, al objeto de proteger contra la lluvia.
Montera de terciopelo
ya la lleves acabada,
por dir de nueche al molín
ya la lleves acabada,
por dir de nueche al molín
y volver pela mañana.
Montera de fieltru azul
tráila Antón de Pericón,
la llocura nun tien cura
¡válgame Dios que razón! TRAJE FEMENINO
PARTES DEL TRAJE FEMENINO
LA SAYA Y EL REFAJO
Saya era el nombre que recibía la falda exterior, pues a veces llevaban varias, unas sobre otras y a las interiores las llamaban refajos. Se confeccionaban con paño de lana de distintos colores con mucho vuelo, adornadas en su borde inferior con cintas de terciopelo o con lorzas. “. Los colores más utilizados fueron el rojo, azul, verde, amarillo, pardo, o negro, y ponían las más nuevas encima de todas para lucirlas los días de fiesta. Muchas veces la saya exterior era de color negro Se ataban a la cintura, y llegaban poco más arriba del tobillo. En el extremo, por la parte interior, llevaban una pieza de tela para proteger el borde, que se llamaba contrapisa.
La saya.-Existían dos clases: la de mandilete con dos aberturas laterales y con una tela fuerte que se ceñía con cintas a la cintura. Las aberturas servían como bolsillos para resguardar las manos del frío y para guardar la faltriquera.
La saya entera tenía la abertura en la parte delantera, se ataba con cintas y se tapaba con el mandil.
El largo estaba determinado por la procedencia de su usuaria. Mientras en las villas se llevaba hasta la altura de los tobillos, en pueblos y aldeas llegaba hasta un poco más de media pierna. Esta cortedad, impropia para la estrecha moral de entonces, estaba determinada por los trabajos que había de realizar la usuaria. Una falda demasiado larga era muy poco práctica ya que se enredaba en la vegetación de los caminos y dificultaba la libertad de movimientos que la mayoría de las labores del campo requerían.
En la parte inferior y superior de la prenda llevaban una tela más gruesa como remate, llamada cortapisa, cuya función era atenuar el mayor desgaste en aquellas zonas.
La decoración de las sayas solía ser a base de franjas de terciopelo, que servían también para tapar las costuras que se modificaban para adaptar la falda a las mozas que estaban en edad de crecimiento.
Las sayas solían ser de color oscuro y se usaban como tejidos la lana negra, la estameña o el sayal.
Se intentaba, según las posibilidades económicas, el plegado de la mayor cantidad de tela posible para que así la prenda tuviera un mayor volumen. La falda de ensiertu es una variante que tiene franjas de distintos colores que van de dos a cuatro y que varían según la zona. Los más usuales eran el rojo, amarillo, morado y negro. Las bandas eran siempre horizontales y tenían los mismos tipos de aberturas que las sayas.
En algunos casos tenían lorzas para adaptar la prenda a la altura de la moza y se decoraban con cintas insertadas, de ahí su nombre. Estas cintas eran siempre de colores que contrastasen con el de la franja correspondiente.
La saya entera tenía la abertura en la parte delantera, se ataba con cintas y se tapaba con el mandil.
El largo estaba determinado por la procedencia de su usuaria. Mientras en las villas se llevaba hasta la altura de los tobillos, en pueblos y aldeas llegaba hasta un poco más de media pierna. Esta cortedad, impropia para la estrecha moral de entonces, estaba determinada por los trabajos que había de realizar la usuaria. Una falda demasiado larga era muy poco práctica ya que se enredaba en la vegetación de los caminos y dificultaba la libertad de movimientos que la mayoría de las labores del campo requerían.
En la parte inferior y superior de la prenda llevaban una tela más gruesa como remate, llamada cortapisa, cuya función era atenuar el mayor desgaste en aquellas zonas.
La decoración de las sayas solía ser a base de franjas de terciopelo, que servían también para tapar las costuras que se modificaban para adaptar la falda a las mozas que estaban en edad de crecimiento.
Las sayas solían ser de color oscuro y se usaban como tejidos la lana negra, la estameña o el sayal.
Se intentaba, según las posibilidades económicas, el plegado de la mayor cantidad de tela posible para que así la prenda tuviera un mayor volumen. La falda de ensiertu es una variante que tiene franjas de distintos colores que van de dos a cuatro y que varían según la zona. Los más usuales eran el rojo, amarillo, morado y negro. Las bandas eran siempre horizontales y tenían los mismos tipos de aberturas que las sayas.
En algunos casos tenían lorzas para adaptar la prenda a la altura de la moza y se decoraban con cintas insertadas, de ahí su nombre. Estas cintas eran siempre de colores que contrastasen con el de la franja correspondiente.
Neña de la saya verde
del inxertu coloráu
dicen que te gusta muncho
del inxertu coloráu
dicen que te gusta muncho
la parola del soldáu.
COTILLA
Prenda que se ponía encima de la camisa o chambra, hacía las veces de ajustador y también se le llamó corpiño. Eran cortos, ajustados, y sin mangas, terminaban con aletas en su borde inferior que formaban la faldilla con acuchillados y tenían abrochadero de cordón. Estos cordones se llamaban “guyetes” y estaban rematados por unas piezas de metal que se llamaban “ferretes”. La espalda estaba formada por tres piezas unidas entre si por costadillos curvos. Eran de telas ricas y las había de todos los colores. Las lisas a veces llevaban bordada la espalda.
Prenda que se ponía encima de la camisa o chambra, hacía las veces de ajustador y también se le llamó corpiño. Eran cortos, ajustados, y sin mangas, terminaban con aletas en su borde inferior que formaban la faldilla con acuchillados y tenían abrochadero de cordón. Estos cordones se llamaban “guyetes” y estaban rematados por unas piezas de metal que se llamaban “ferretes”. La espalda estaba formada por tres piezas unidas entre si por costadillos curvos. Eran de telas ricas y las había de todos los colores. Las lisas a veces llevaban bordada la espalda.
MANDIL
Los mandiles de fiesta eran de todos los tamaños y colores. Sus tejidos fueron, el lino, lana, terciopelo, panilla, raso y otras telas exóticas que pudieran traerse desde Castilla, León y Extremadura. Iban adornados con flecos, cintas, puntillas, incluso abalorios, que en ocasiones eran de azabache. Podían llevar o no bolsillos.
Los mandiles de fiesta eran de todos los tamaños y colores. Sus tejidos fueron, el lino, lana, terciopelo, panilla, raso y otras telas exóticas que pudieran traerse desde Castilla, León y Extremadura. Iban adornados con flecos, cintas, puntillas, incluso abalorios, que en ocasiones eran de azabache. Podían llevar o no bolsillos.
Mandil, Delantal
Ambos términos se utilizan indistintamente aunque hay ligeras variantes. El delantal es el que lleva una parte superior o peto. El mandil es usado tanto por mujeres como por hombres en las labores que así lo exijan.
El término más común es el de mandil, que puede ser tanto de faena como de fiesta, y tanto puede ser del tamaño de un pañuelo de bolsillo como tapar la saya y el refaxu.
Los mandiles de fiesta solían ser de tejidos finos, traídos del exterior, de panilla, seda o terciopelo.
Los de producción local, los de la llamada tela pinta, eran realizados con mezcla de lana negra y lino.
Los mandiles de fiesta eran alhajados con bordados en forma de orla o greca vegetal. A estos adornos se podían añadir los flecos y las cuentas de azabache.
Ambos términos se utilizan indistintamente aunque hay ligeras variantes. El delantal es el que lleva una parte superior o peto. El mandil es usado tanto por mujeres como por hombres en las labores que así lo exijan.
El término más común es el de mandil, que puede ser tanto de faena como de fiesta, y tanto puede ser del tamaño de un pañuelo de bolsillo como tapar la saya y el refaxu.
Los mandiles de fiesta solían ser de tejidos finos, traídos del exterior, de panilla, seda o terciopelo.
Los de producción local, los de la llamada tela pinta, eran realizados con mezcla de lana negra y lino.
Los mandiles de fiesta eran alhajados con bordados en forma de orla o greca vegetal. A estos adornos se podían añadir los flecos y las cuentas de azabache.
Con esi mandilín pintu
vas publicando la guerra
y yo como bon soldáu
siento plaza en to bandera.
vas publicando la guerra
y yo como bon soldáu
siento plaza en to bandera.
PAÑUELO
El pañuelo de cabeza, era de tamaño y color variados, pudiendo ser cuadrado, de “cuatro puntes” o bien cortado en forma de triángulo, estampados o lisos, rematados con festones, puntilla o simplemente cosidos sin ningún adorno. De distintos tejidos los de fiesta: Seda, algodón, lana, raso, etc. y generalmente de lino, los de diario. Su colocación varía según las distintas zonas de Asturias.
El pañuelo de cabeza, era de tamaño y color variados, pudiendo ser cuadrado, de “cuatro puntes” o bien cortado en forma de triángulo, estampados o lisos, rematados con festones, puntilla o simplemente cosidos sin ningún adorno. De distintos tejidos los de fiesta: Seda, algodón, lana, raso, etc. y generalmente de lino, los de diario. Su colocación varía según las distintas zonas de Asturias.
Pañuelo de cabeza.La cubrición de la cabeza era una de las reglas del atuendo rural asturiano. Estaba mal visto mostrar el cabello aunque en el caso de las jovencitas el pañuelo pudiera sustituirse por una cinta de tela que se anudaba en un lazo sobre la cabeza.
Solían prescindir de él algunas mozas solteras, aunque fuera a costa de ser reprendidas.
Había dos clases de pañuelos, el entero de cuatro puntas y el medio pañu de tres puntas.El pañuelo entero debía de plegarse en diagonal, en tanto que el medio pañuelo ya iba cortado de esa manera.
Las puntas se pasaban por debajo del peinado y se cruzaban en la parte superior de la cabeza donde se unían con un lazo.
El pañuelo era mayoritariamente blanco, a base de seda o lana. Su decoración diversa, con puntillas y vainicas a modo de orla, o con los bordes de otro color, generalmente azul o rojo.
Las variantes más lujosas mudaban en colorido y ornato, podían ser rojos o amarillos, con flecos de pezuelas y bordados. A cuenta del pañuelo las aldeanas competían entre sí por ver quien llevaba la mejor pieza.
Solían prescindir de él algunas mozas solteras, aunque fuera a costa de ser reprendidas.
Había dos clases de pañuelos, el entero de cuatro puntas y el medio pañu de tres puntas.El pañuelo entero debía de plegarse en diagonal, en tanto que el medio pañuelo ya iba cortado de esa manera.
Las puntas se pasaban por debajo del peinado y se cruzaban en la parte superior de la cabeza donde se unían con un lazo.
El pañuelo era mayoritariamente blanco, a base de seda o lana. Su decoración diversa, con puntillas y vainicas a modo de orla, o con los bordes de otro color, generalmente azul o rojo.
Las variantes más lujosas mudaban en colorido y ornato, podían ser rojos o amarillos, con flecos de pezuelas y bordados. A cuenta del pañuelo las aldeanas competían entre sí por ver quien llevaba la mejor pieza.
Tengo cuatro pañuelinos
tolos cuatro coloraos
y otros cuatro pretendientes
tolos cuatro coloraos
y otros cuatro pretendientes
y tres viven engañaos.
DENGUE
Se puede definir como especie de esclavina manteleta de lana, o paño de hombros. Cubre parte de la espalda y tiene los extremos muy largos cruzándose en el pecho y atando por detrás en la cintura.
Se puede definir como especie de esclavina manteleta de lana, o paño de hombros. Cubre parte de la espalda y tiene los extremos muy largos cruzándose en el pecho y atando por detrás en la cintura.
El dengue es una especie de mantilla que cubre la mitad de la espalda y se cruza sobre el pecho. Es como un pañuelo de hombros muy estrecho y muy largo de puntas que se ata en la cintura.
Canella cuenta que se hacían con hilo, franela o raso y que se decoraban con una orla de terciopelo que podía ser lisa o bordada. Generalmente era negro o gris oscuro, aunque en el occidente, a partir de Valdés y Cangas del Narcea, también se usaron colorados.
Canella cuenta que se hacían con hilo, franela o raso y que se decoraban con una orla de terciopelo que podía ser lisa o bordada. Generalmente era negro o gris oscuro, aunque en el occidente, a partir de Valdés y Cangas del Narcea, también se usaron colorados.
Solían tener una costura vertical en el centro de la espalda, otras dos en los hombros y otra más en las puntas a la altura de la cadera. Se confeccionaban con distintos paños de lana, raso, o terciopelo . Iban adornados con orlas de terciopelo liso o labrado, agremanes, abalorios y flecos. Su anchura y los adornos variaban según las zonas.
CHAMARRA
La chamarra femenina era de corte similar a la masculina y se utilizó en toda Asturias, aunque tenemos más evidencias de su uso en la zona oriental. En zona occidental se conservaron algo más que en la del centro y también las usaron las vaqueiras.
La chamarra femenina era de corte similar a la masculina y se utilizó en toda Asturias, aunque tenemos más evidencias de su uso en la zona oriental. En zona occidental se conservaron algo más que en la del centro y también las usaron las vaqueiras.
En resumen, en esta zona nos encontramos con los dengues más anchos que en la oriental y más estrechos que la occidental, no suelen ir rematados por flecos, sino que llevaban guarnición de terciopelo en los bordes. Las sayas son de colores más vivos que en las otras dos zonas, y los pañuelos se colocan cruzados en la nuca y atados arriba de modo que una de las puntas cuelgue sobre la espalda.
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